Luego de que la Comisión de Economía del Congreso aprobara un proyecto de reforma del sistema de pensiones que incluye la creación de una pensión por consumo, el ministro de Economía y Finanzas, José Arista, comentó a “Gestión” que este mecanismo no hará “ni cosquillas” a los fondos de los afiliados.
Con estas críticas, Arista se suma a las razonables voces que han advertido que sacrificar recaudación para transferir el 1% de los consumos de los afiliados a sus fondos de pensiones es un mecanismo regresivo, pues beneficiaría a aquellos que más consumen –que son los mismos que más ganan– y que los montos a transferir serían insuficientes para construir, por sí solos, una pensión.
Sin embargo, no queda muy claro si la opinión del ministro de Economía va a tener algún efecto en este debate. De cara al Congreso, ya sabemos que sus posiciones no tienen ningún valor. Para los parlamentarios concentrados en ganar un poco de popularidad, solicitar las opiniones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), del BCR, de la SBS o de las AFP sobre sus proyectos de ley es un mero formalismo que no les impide aprobar proyectos extremadamente populistas y antitécnicos.
Lo que ha cambiado en los últimos meses, sin embargo, es que la posición del MEF ya no tiene valor tampoco de cara al Ejecutivo. Lo vimos en el retiro de 4 UIT de los fondos de las AFP y, ahora, en la anunciada promulgación de la autógrafa que permite a los trabajadores acceder al 100% de sus depósitos por CTS.
En ambos casos, el ministro había sido explícito en su oposición a estas iniciativas legislativas, pero el Ejecutivo terminó haciendo que Arista anunciara la promulgación del séptimo retiro y esta semana el jefe del Gabinete, Gustavo Adrianzén, adelantó que promulgarán “pronto” la autógrafa de libre disponibilidad de la CTS.
El más incómodo con que el Gobierno lo deje en ‘offside’ para sumarse a la fiesta populista del Parlamento debería ser el propio ministro de Economía, pero Arista parece bastante cómodo con el limitadísimo poder del MEF.
El problema es que tener un MEF cuyas observaciones técnicas no hagan “ni cosquillas” al Ejecutivo ni al Legislativo es dejar al país a la deriva de lo que quieren comunicar en TikTok futuros candidatos y de la desidia de los que no tienen esperanzas electorales.
Realistamente, habría que abandonar cualquier esperanza de que se pueda aprobar una reforma del sistema pensiones que resuelva de manera efectiva los problemas del sistema previsional y, también, de que se puedan frenar proyectos como el de la Comisión de Trabajo, que busca resolver el problema del débil avance del régimen del servicio civil en el aparato estatal no reforzando a Servir, sino eliminándolo.