El número de feriados, las vacaciones e incluso la jornada laboral son temas que están en debate permanente. Los cambios en esta legislación inciden en la productividad del país. Esta se suele calcular dividiendo el PBI entre el número total de horas trabajadas. La productividad es un indicador importante relacionado a la eficiencia y el rendimiento de la economía.
El Perú pasó de 12 a 16 feriados al año, luego de que el actual Congreso aprobara cuatro nuevos feriados. La cantidad de feriados por país varía mucho en Latinoamérica. Si comparamos feriados nacionales, según Public Holidays Global, el mínimo son nueve días al año (Nicaragua) y el máximo, 19 (Argentina). Las dos economías más grandes de la región, Brasil y México, cuentan con 13 y 14 feriados al año respectivamente. Adicionalmente, cada país tiene sus propias variantes, como feriados regionales, feriados puente, feriados públicos, entre otros.
Con las vacaciones también hay diferencias importantes. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera las vacaciones pagadas como un derecho fundamental. Se reconoce su impacto en la salud mental y el bienestar de los empleados, pero las regulaciones varían de acuerdo al país. El promedio en Latinoamérica es de 15 días pagados (como es el caso de Colombia y Chile), siendo el máximo 30 (como sucede en el Perú y Brasil) y el mínimo seis (en Puerto Rico). En varios países, se trabaja con un esquema de acumulación de días por cada año de servicio. Por ejemplo, en el caso de México, un trabajador tiene derecho a 12 días calendario de vacaciones en su primer año, aumenta dos días más cada año hasta el quinto año, llegando así a los 20 días. A partir del sexto año, suma dos días cada cinco años trabajados.
En cuanto a la jornada laboral, si bien hay menos variabilidad y la mayoría de los países de la región cuenta con una jornada de 48 horas semanales, la tendencia global es hacia la reducción de la misma. Ecuador y Chile ya adoptaron una jornada de 40 horas semanales; Colombia, desde julio de este año, la reduce a 46 horas (como parte de su programa de reducción gradual iniciado el año pasado).
Analizar de manera individual el impacto de la legislación de cada país no nos lleva a un panorama claro con relación a cómo está el Perú respecto de sus vecinos. La comparación por sí sola es insuficiente. El tema va más allá de los feriados. Según la OIT, el Perú ocupa el puesto 115 en productividad laboral de un total de 189 países estudiados, ubicándose por debajo de Brasil, México, Chile, Colombia y Argentina. Es probable que este bajo rendimiento esté correlacionado con el mayor número de días de descanso: 46 (16 feriados más 30 días de vacaciones). Y, si miramos internamente, hay sectores de la economía (como la manufactura y la pesca) que no han recuperado los niveles de desempeño que tenían antes de la pandemia.
Sin un aumento significativo en la producción, enfrentamos el riesgo de que la pobreza siga creciendo, que el Perú pierda atractivo para los inversionistas y que la informalidad se mantenga o incluso avance. Del mismo modo, el talento peruano continuará buscando mejores perspectivas en el extranjero, debilitando aún más la economía.
El contexto en otros países de la región también es complicado, pero algunos llevan ventaja. El Perú enfrenta una estructura laboral caracterizada por altos niveles de informalidad y baja eficiencia. Los números del país demuestran que el mercado laboral necesita estímulos para atraer inversión privada y mayores incentivos para fomentar la contratación formal. Sin estas intervenciones, será difícil mejorar la situación actual y alcanzar niveles de productividad comparables con otras economías en Latinoamérica.