Héctor Villalobos

El tuitero fugitivo escribe compulsivamente sobre todo lo que se le antoja. Comenta la realidad nacional en tono de gran estadista y propone trasnochadas recetas para solucionar los problemas del país. Opina sobre su situación legal y comparte su sapiencia jurídica con todos sus seguidores. ‘Lawfare’ es su anglicismo predilecto. Lo repite hasta el hartazgo, al igual que sus fanatizados adeptos. Califica de fascistas y caviares a todos aquellos que osen cuestionarlo. De vez en cuando, casi sin ganas, lanza alguna tibia crítica al gobierno de la a la que llevó al poder. Pero el blanco principal de sus ataques son los que desde hace un año intentan sin suerte capturarlo.

El año  del prófugo, por Héctor Villalobos. (ilustración: Victor Aguilar Rúa)
El año del prófugo, por Héctor Villalobos. (ilustración: Victor Aguilar Rúa)

El autoproclamado “hijo del pueblo”, cumple un año de sospechosa clandestinidad. En este período, han pasado cuatro dos directores generales de la policía y otros altos mandos que han jurado y rejurado que ya lo tenían cercado, que tengamos fe, que es cuestión de días, que ya falta poquito, que ya va a caer. Hemos escuchado las confesiones de un general, que abrió su corazón en el y dijo que sueña con la noticia de su detención. Con tanto operativo frustrado, seguidilla de errores y promesas de captura incumplidas, más pareciera que quienes lideran la búsqueda de Cerrón son el inspector Clouseau, Leslie Nielsen y el jefe Gorgory con el apoyo de la Locademia de Policía.

El nulo éxito de las operaciones policiales ha alimentado las especulaciones en torno de un supuesto apoyo del Gobierno al no habido. El escándalo del ‘cofre’ presidencial es el capítulo más reciente de esta novela de suspicacias y especulaciones.

Lo más grave de todo no es que Cerrón haya transcurrido el último año burlándose de las autoridades. Lo peor es que ha seguido moviendo los hilos de su bancada, digitando cada acción, cada declaración, cada . ha impulsado un gran número de iniciativas que tienen como único objetivo debilitar el sistema de justicia. Ese mismo sistema al que su líder teme dar la cara.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Héctor Villalobos es Editor de Política