Editorial El Comercio

Hoy culmina la vigésima novena edición de , un evento organizado por IPAE Acción Empresarial que en esta oportunidad ha reunido en la Base Naval del Callao a más de 600 jóvenes provenientes de universidades de todo el país durante tres días bajo el lema de “somos todos”. Como el eslogan deja bien en claro, la conferencia se ha centrado este año en destacar la importancia del modelo democrático con el objetivo de incentivar la participación de los jóvenes y de las nuevas generaciones en el debate público nacional. En otras palabras, de sembrar democracia. Un fin del que todo el mundo habla y muchos dicen promover, sin ponerse a trabajar seriamente en ello.

La situación no podría ser más apremiante. Según los resultados del más reciente Barómetro de las Américas, el Perú es uno de los países con menor porcentaje de ciudadanos satisfechos con la democracia (solo les ganamos a Surinam y Haití) y uno, además, en el que poco más de la mitad (53%) considera que vivimos en una democracia. Asimismo, somos el país en la región con un mayor porcentaje de encuestados que consideran que se justifica el cierre del Congreso “cuando el país enfrenta momentos muy difíciles” y uno en el que la confianza hacia las instituciones está por los suelos.

Así las cosas, es importante destacar eventos como CADE Universitario, que buscan no solo conectar a los estudiantes peruanos con las principales problemáticas que atraviesa el país, sino también sembrar en ellos la preocupación por la democracia y lo vital que se hace su defensa en momentos en los que esta parece debilitada no solo en el Perú, sino también en la región. Cabe destacar, además, que en este evento los participantes no solo asumen una postura de simples oyentes, sino que desempeñan un rol activo compartiendo sus perspectivas y experiencias con el objetivo de construir un país más justo e inclusivo, y aprendiendo además a escuchar con respeto las opiniones de quienes no piensan como uno.

El evento contó con la presencia de importantes invitados como Carolina Palacios, presidenta de Burson Cohn & Wolfe (BCW) Sudamérica; Martín Tanaka, director de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la PUCP y columnista de este Diario; Nelson Shack, contralor general de la República; Mariana Rodríguez, cofundadora de Capitalismo Consciente Perú; entre muchos otros que han contribuido a conectar a estos jóvenes con los desafíos del país y cuyas ponencias han dejado en ellos, estamos seguros, una profunda impresión.

En el primer día de CADE Universitario, la intención fue que los asistentes reflexionasen, se conocieran entre ellos y pudieran familiarizarse con las ideas claves del debate. En el segundo día, por otro lado, se buscó que los jóvenes se inspirasen con los testimonios de los expositores invitados. Y, finalmente, en el cierre de esta tarde, se busca que los universitarios puedan realizar una propuesta de acción colectiva, un llamado de acción para proponer una mejora en la sociedad.

Más allá de las lecciones que dejará este evento, desde este Diario venimos apoyando que los jóvenes participen en el debate público desde hace casi un año con el espacio En esa línea, en los próximos días iremos publicando artículos de los asistentes a CADE Universitario en que compartirán sus impresiones de la conferencia y cómo esta los ha marcado en su formación no solo como profesionales, sino principalmente como ciudadanos y líderes de sus respectivas regiones. Pero no solo ello: también ponemos nuestras páginas a disposición de todos aquellos universitarios que busquen alzar su voz, plantear soluciones o hacer un llamado a sus pares sobre los diferentes problemas que azotan al país.

Los jóvenes tienen mucho que aportar al debate nacional, aunque muchas veces –demasiadas, a decir verdad– sus voces han sido minimizadas o acalladas. Es cuestión de escucharlos, como también de escuchar a los escolares, a quienes desde hace años este Diario también les da un espacio con su programa de corresponsales. Después de todo, el futuro no tan lejano del país –y, con él, de la democracia que nos sostiene a todos– depende de ellos.

Editorial de El Comercio