Es usual que en los países cultos se conserven las casas en que vivieron personajes notables de su historia. Antes de 1870, año en que contrajo matrimonio, Antonio Raimondi compró la casa en la calle Peña Horadada en la cual vivió con los suyos y a la cual regresaba luego de sus largos y fructíferos viajes por nuestra desafiante geografía. Desde hace bastantes años esa casa se utiliza como centro escolar y desde este Diario invocamos a las autoridades para que el Estado la adquiera para convertirla en un museo donde se reúnan objetos y obras de un hombre que amó al Perú.
H.L.M.