Este verbo tan familiar tiene historia y usos peculiares. Hoy se emplea corrientemente como pronominal seguido de la preposición de con el sentido de ‘abstenerse de algo deseable o deseado’. Pero llama la atención que privarse tenga además en casi toda la América hispana la acepción muy diferente de ‘caer dormido súbita y profundamente’. En su archivo informático personal Renato Cisneros escribe: “Subí al auto, este auto, y me quedé privado un buen rato” (“Viernes en el Sur”, 22/2/2011).