Mientras en su celda del penal de Barbadillo el expresidente Alejandro Toledo no descansa con sus abogados para dar con una estrategia legal que de alguna manera acorte su estadía en la cárcel (frente a su muy probable condena por colusión y lavado de activos), en el país da la impresión de que hemos caído en un cierto conformismo en este caso, como si creyéramos que ya sabemos todo lo que pasó y no necesitáramos más. Como si lo único que faltaba para cerrar el círculo era ver al exmandatario camino de esa prisión única en el mundo que solo alberga a expresidentes. Nada más alejado de la verdad. Más bien, creer solo en ello abona a perpetuar un engaño y que millones de dólares queden sin ser identificados y repatriados.
Me explico. A pesar de que este es el caso más redondo en la investigación Lava Jato, nos hemos enfocado tanto en las compras inmobiliarias que realizó el expresidente con los sobornos que recibió utilizando el nombre de su suegra, que pasamos a un segundo plano que esto solo representa un porcentaje menor de lo que realmente movió junto con su examigo Yosef Maiman (hoy fallecido) en un esquema complejo de lavado de activos que implicó cuentas ‘off shore’ en el Reino Unido, Suiza y Costa Rica.
Recordemos que, solo en la compra de inmuebles y en el pago de hipotecas, Toledo gastó poco más de US$5,1 millones frente a los US$16,37 millones que, en total, recibió la ‘off shore’ costarricense Ecoteva Consulting Group de las dos firmas, también costarricenses, que creó su exasesor en temas de seguridad, Avraham Dan On: Ecostate Consulting y Milan Ecostate Consulting. Estas, a su vez, fueron alimentadas por más de US$17 millones por una empresa de Maiman situada en Suiza de nombre Confiado Internacional Corp., pieza fundamental en esta trama de corrupción.
Para un mejor entendimiento, este esquema se dividió en tres bloques: de las ‘off shore’ y ‘doleiros’ de Odebrecht y Camargo & Correa se transfirieron a la cuenta de la empresa en el Reino Unido Warbury & Co. (de Maiman) más de US$30,75 millones, que es el total del dinero ilícito que iba destinado al exmandatario. Luego, se transfirió a la cuenta de Confiado Internacional Corp. un monto de US$30,17 millones, para que, finalmente, de allí salieran US$17 millones hacia las empresas de Dan On, que luego terminaron en Ecoteva y que se utilizaron para las compras inmobiliarias. Hablamos de que hay más de US$13 millones que se quedaron en Confiado cuyo paradero hoy se desconoce. ¿Cuánto se trabajó para rastrear esa plata? ¿Maiman realmente contó toda la verdad? ¿Qué pasó con esos US$13 millones? Son preguntas que nos ayudarán a entender la real dimensión del Caso Toledo y no conformarnos solo con lo que ya sabemos.