Rodrigo Cruz

“No se va a insistir más […]. No habrá una quinta convocatoria”. Con estas palabras de la jueza Nayko Coronado, del Tercer Juzgado Penal Colegiado Nacional, se podría resumir lo resuelto ayer por ese tribunal de prescindir de las declaraciones de Marcelo , Luiz Mameri, Fernando Migliaccio, entre otros, testigos vinculados a la empresa Odebrecht en el juicio al expresidente Ollanta Humala. Ahí está lo central de la decisión. Y si hoy Jorge Barata no se presenta a testificar, lo más probable es que se resuelva en el mismo sentido. Es decir, se continuará el juicio sin los testigos estelares que pretendía presentar la en tan emblemático caso (el primero que aborda el tema de los aportes de la firma brasileña en las campañas políticas).

Lo dicho por la magistrada Coronado se da como consecuencia de la no presentación del exCEO de la constructora en la audiencia de ayer. Era una situación que podía darse, a razón de la medida cautelar que el juez brasileño José Antonio Dias Toffoli, de la Corte Suprema de ese país, concedió semanas atrás a la defensa de Humala y restringió que los exejecutivos de la constructora declarasen, mediante cooperación internacional, sobre los servidores Drousys y MyWebDay B al considerar que se tratan de pruebas ilícitas. Sobre esto, la jueza recalcó que aún no existe un pronunciamiento del sistema judicial peruano sobre la ilicitud de estos elementos probatorios y que lo declarado por la justicia brasileña es tan solo referencial (ya habrá momento de que ello se discuta).

Sin embargo, el golpe al ya está hecho y habría que preguntarse quién fue el que lo dio. Lo resuelto por el juzgado peruano no hace que los exejecutivos de Odebrecht pierdan su estatus de colaboradores y, por lo tanto, tienen la obligación de no mentir o negarse a declarar cuando son convocados. La fiscalía ya adelantó que Barata, a través de su defensa, comunicó que se va a presentar en la audiencia de hoy, pero no confirmó si iba a testificar o excusarse. Además, la fiscalía cuenta con las declaraciones que los exejecutivos de Odebrecht dieron durante la etapa previa al juicio.

Y aquí viene una cuestión clave: la fiscalía peruana no solo tiene la información de los servidores anulados de Brasil, sino también de los que provienen de Suiza, que viene a ser la misma data, y que, además, son respaldados por un informe hecho por el exfiscal suizo Stefan Lenz. Lo particular es que durante todo el proceso se priorizó lo que llegó desde Brasil (hoy anulado) que lo de Suiza. Ante lo sucedido, ¿podrán los testigos ser confrontados con la información de Ginebra que no fue anulada? Dependerá de la fiscalía, pero, sobre todo, de la predisposición de sus colaboradores ante un juzgado que ayer dejó en claro que ya dio demasiadas oportunidades para que comparezcan en el juicio.

Rodrigo Cruz es periodista

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