"Se necesita un diálogo colaborativo y un pacto nacional anticorrupción con jueces y fiscales intocables. Suena difícil pero no imposible". (Foto: El Comercio)
"Se necesita un diálogo colaborativo y un pacto nacional anticorrupción con jueces y fiscales intocables. Suena difícil pero no imposible". (Foto: El Comercio)
Fernando Vivas

No haré fiesta porque no me interesa el fútbol. Si la gana, no sentiré orgullo; si pierde, no me deprimiré. Mi peruanidad, tan sólida como la de cualquiera, se inflama ante otros ítems en los que nos va mejor o, simplemente, me apasionan porque sí: Machu Picchu y su jale, los avances en gastronomía, los premios a películas peruanas en festivales, el eco de Vargas Llosa cuando habla de cualquier cosa menos del Perú (ahí sí me provoca sentimientos encontrados).

Mucho más que cualquier partido ganado o perdido, me arrebata que aún no logremos inscribir en la Lista de Patrimonio de la Unesco a nuestra cocina. ¡México nos ha ganado! Al revés, me alegra que en esa misma lista tengamos 12 bienes (frente a 6 de Chile, 7 de Bolivia, 11 de Argentina, 8 de Colombia, 5 de Ecuador). Estados Unidos tiene 23 y Brasil 21, pero son territorios inmensos. México nos gana otra vez con 34 y ese sí es un reto. Con Europa no vale compararnos; su monumentalidad abruma.

Me emocioné cuando Machu Picchu ganó su sitio entre las 7 nuevas maravillas; pero me jodió que también ganara el Cristo del Corcovado. Bajó de nivel a la lista.

Así se juegan mis emociones patrioteras, en festivales, listados y ránkings, en referencias al Perú en libros, películas y series. Jamás en la cancha que mal paga tantos años.

Hoy tampoco haré fiesta, por otras razones. Nuestros poderes compiten por hundirse. Keiko y Fuerza Popular, a quienes aprendí a respetar en campaña por el soplo institucionalizador que prometían dar al fujimorismo y a la política en general, han entrado en un nuevo episodio regresivo, denunciando al fiscal de la Nación.

Y el presidente, no replica a la revelación de Marcelo Odebrecht sobre una supuesta asesoría suya. Sus escuetos tuits de ayer son insuficientes. Nos debe un ‘full disclosure’ de todos sus vínculos con empresas controvertidas y sus proyectos. Por ejemplo, , destaqué un vínculo suyo con Odebrecht: un video promocional, con logo de su partido, de la central hidroeléctrica de Chaglla, la joya de los brasileños en el Perú. Palacio no respondió a mi inquietud, pero sí respondió a José Alejandro Godoy, diciéndole que el video era inocente y similar a otros de PPK sobre otros proyectos. Mmhhh. Un político no hace ‘cherries’ tan descarados que ni siquiera incluyeron un diálogo con los vecinos de Chaglla.

Por todo esto, el partido y el posible feriado me importan un pepino. Pienso en cómo preservar la gobernabilidad mientras PPK y Keiko se limpian del Lava Jato. Se necesita un diálogo colaborativo y un pacto nacional anticorrupción con jueces y fiscales intocables. Suena difícil pero no imposible.