“La fiscalía ha determinado que el monto hallado en el baño no cuadra con los ahorros de Pacheco”. (Foto: Violeta Ayasta/@photo.gec).
“La fiscalía ha determinado que el monto hallado en el baño no cuadra con los ahorros de Pacheco”. (Foto: Violeta Ayasta/@photo.gec).
Rodrigo Cruz

Dejemos por un momento de lado las falsas expectativas generadas por la difusión de unos audios y las explicaciones del dueño de la casa del jirón Sarratea sobre las visitas clandestinas del presidente y hablemos de un tema puntual y objetivo que, a pesar de su gravedad, dos semanas y media después, la ciudadanía sigue sin tener una respuesta de quienes gobiernan: los US$20 mil en efectivo encontrados en el baño que usaba en Palacio de Gobierno.

No es algo menor. En cualquier país que pretende ser desarrollado, que a un funcionario de cualquier entidad se le encuentre esa cantidad de dinero escondido en su oficina sería motivo de alarma de un presunto caso de corrupción o de un esquema de lavado de activos (una bandera roja, como diría el GAFI). La situación se agrava aun más si se trata de alguien que hasta hace poco era el segundo en el poder e influencia en el despacho presidencial. Pacheco, recordemos, fue una de las primeras personas que designó ni bien asumió el cargo.

Tengamos en cuenta el contexto. El exsecretario general de Palacio es objeto de denuncias por querer beneficiar a una lista de oficiales en los ascensos en el Ejército y la FAP, además de presionar al jefe de la Sunat para que favorezca a determinadas empresas. Razones suficientes que motivaron el comienzo de una investigación penal y que provocaron la intervención de la fiscalía en su oficina el 19 de noviembre.

En estos días, han aparecido más indicios. Solo por mencionar algunos: la fiscalía ha determinado que el monto hallado en el baño de Pacheco y que el pasado 20 de agosto este recibió de alguien que una semana antes había sido contratado como chofer del despacho presidencial. Este Diario dicha persona, de nombre Eric Huaymana, trabajó en la empresa Vigarza antes de entrar a Palacio.

Vigarza es una empresa de seguridad donde trabajó Pacheco durante seis años (2014-2020). Esta compañía tiene como rostro visible al, por decir lo menos, controversial empresario , que registra múltiples denuncias y procesos penales y que en la actualidad viene siendo investigado por presunto lavado de activos por compras de terrenos. Villaverde es también gerente general de Mazavig, la empresa que tiene a su nombre la camioneta 4x4 que tenía a su disposición , el sobrino del presidente.

Por todo ello, insistir en que se esclarezca la ruta financiera, conocer quiénes más sabían de los US$20 mil, sigue siendo el tema central de esta historia. A pesar del silencio incomprensible del presidente y de su entorno. Un silencio que echa por tierra cualquier discurso anticorrupción.

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