Rodrigo Cruz

En los últimos días, tras la polémica decisión del juez brasileño , de la Corte Suprema de ese país, ha salido una voz disidente que contradice lo dicho por ese magistrado; la de Dias Toffoli, como se sabe, declaró nulo “en todos los ámbitos y para todas las acciones” el material recogido como resultado del acuerdo de colaboración firmado entre y las autoridades de Brasil, principalmente, el que provenía de los servidores Drousys y My Web Day, al considerar que este fue compartido al margen de la ley y sin respetar una debida cadena de custodia.

Si bien el sistema de justicia peruano aún no se ha pronunciado sobre la legalidad del uso de esa información, en nuestro país ya hemos visto las primeras consecuencias de lo resuelto por Dias Toffoli, como la no concurrencia de Marcelo Odebrecht en el juicio por lavado de activos contra el expresidente Ollanta Humala.

Por ello, conviene tener en cuenta posiciones informadas de personas que saben, entre otras cosas, cómo fue ese proceso de compartimento de los servidores, su contenido y cuántos de ellos existen y pueden ser utilizados en los eventuales juicios. Sin duda, una de esas personas es el exfiscal suizo Stefan Lenz.

Lenz fue el primer fiscal que investigó los servidores de Odebrecht alojados en Ginebra cuando estalló el Caso Lava Jato. Los incautó en el 2016 y centró su trabajo en decodificar su contenido (mientras My Web Day B servía para registrar el pago de los sobornos, Drousys era el sistema de mensajería interna de los que trabajaban en el departamento a cargo de esos pagos). Y, esencialmente, Lenz fue uno de los funcionarios a cargo de compartir la información de los servidores a sus entonces colegas brasileños. Es decir, fue uno de los que enviaron una copia de ellos a la justicia de Brasil.

Con ese conocimiento previo, Lenz declaró el viernes pasado al diario brasileño “Estadao”, ante lo resuelto por Dias Toffoli, que “las pruebas nunca fueron enviadas a Brasil por medios informales y, según la legislación suiza e internacional, no hubo ninguna otra práctica ilegal de las autoridades suizas”. Esto último, como respuesta directa a uno de los argumentos expuestos por el juez brasileño, que indicó, entre otras cosas, que parte de este material fue llevado en bolsas de plástico a Brasil. Esto, basado en comunicaciones por Telegram hackeadas de los celulares de fiscales brasileños.

Lenz desmiente a Dias Toffoli y abre el debate. Y, en todo caso, si la justicia de Brasil invalidó las pruebas de los servidores alojados en su país, ¿por qué no usar los de Suiza, que viene a ser la misma información, en el juicio de Humala y los que vengan?


*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Rodrigo Cruz es Periodista

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