Fernando Vivas

No se puede patear debajo de la alfombra a un elefante armado con granadas. La percepción, no solo de cuán vulnerables somos a la extorsión, sino de que las autoridades minimizan o niegan esa realidad mientras se distraen en sus cuitas; es explosiva. Ya provocó el paro de transportistas del jueves 26 de septiembre, que contó con la simpatía silenciosa de muchos peruanos. Una facción de transportistas convocó a otro paro para el pasado jueves 3 de octubre, pero se desactivó al no plegarse los gremios más importantes.