Unidad de Investigación
El 11 de mayo del 2022, el entonces ministro del Interior Alfonso Chávarry y el director de la Policía Nacional del Perú (PNP), general Vicente Tiburcio, mostraron entusiasmados a la prensa la incautación de más de 200 kilos de cocaína y de municiones y armas halladas en dos casas allanadas (en Ventanilla y Carabayllo) por agentes de la Dirección Antidrogas PNP (Dirandro) y la Dirección General de Inteligencia del Mininter. Las autoridades señalaron que el alijo de droga posiblemente era de una organización del narcotráfico del Vraem.
En ese momento, los funcionarios ignoraban que gran parte de la droga exhibida era en realidad lidocaína, un anestésico usado por odontólogos, y que el cargamento le pertenecía a un clan familiar de Huánuco que buscaba eludir a la justicia.
Para entonces, solo un puñado de agentes del departamento G de la División de Inteligencia de Tráfico Ilícito de Drogas (Divitid) de la Dirandro sabía que esta organización –compuesta por los hermanos Beraún Tolentino y su madre, Tereza Tolentino Jara– tenía conexiones con algunos policías y los fiscales antidrogas que los investigaban, con quienes habían negociado acuerdos de colaboración eficaz, mientras el clan seguía traficando.
Protegidos
Desde el 2021, la Divitid-G, con conocimiento de la Fiscalía Especializada en Criminalidad Organizada (Fecor), seguía los pasos a la red de los Beraún, a la cual entonces llamaron Prado, por la cantidad de camionetas de ese modelo que empleaban para el tráfico ilícito de drogas.
Poco después, con autorización de un juez, agentes del programa de interceptaciones legales Constelación, auspiciado por la DEA de Estados Unidos, comenzaron a escuchar (desde febrero del 2021) las conversaciones de los miembros de la red, quienes escondían sus identidades bajo sobrenombres como ‘Loco’, ‘Negro’ o ‘Gorda’.
Como resultado de las primeras escuchas y seguimientos, la Divitid-G dio un primer golpe. El 29 de marzo del 2021, se detuvo a Hermógines Beraún Tolentino, miembro del clan familiar, cuando trasladaba 104 kilos de cocaína en una camioneta por San Martín de Porres.
Según las escuchas, tras ese hecho el clan contactó al fiscal antidrogas de Lima Norte Javier Prado Mamani, a cargo de la investigación contra Hermógines Beraún, para intentar sacarlo de la cárcel. Por Constelación, se identificaron llamadas de los hermanos Jhon y Richard Beraún (cabecilla de la organización) con sus abogados. El objetivo era que el fiscal aceptara una propuesta de colaboración eficaz para el hermano detenido.
Entre junio y agosto del 2021, con Hermógines Beraún preso en el penal Miguel Castro Castro, Constelación captó otros diálogos en los que miembros del clan conversaban sobre la preparación de un falso operativo antidrogas con el fin de que las autoridades intervinieran y así pudieran cumplir los requisitos de la colaboración eficaz, como son la entrega de droga, información oportuna y veraz sobre operaciones o la identificación de cabecillas.
Para el 3 de setiembre, los Beraún coordinaron una entrega de droga en Lima norte, para lo cual hicieron que Javier Layme Tamayo, un miembro de menor jerarquía, viajara de Tacna a Lima.
Aquel día, agentes de la Dirandro intervinieron a Layme con 130 kilos de droga que trasladaba en un auto de placa BBK-646, perteneciente al clan. En la intervención y presentación de lo incautado estuvo el fiscal Prado, quien veía el caso de Hermógines Beraún. En un diálogo interceptado, Jhon Beraún habló de la captura de Layme: “Que Dios nos perdone por todo esto que estamos haciendo”.
Un examen químico hecho luego al alijo incautado establecería que la mayor parte no era cocaína, como el clan quería aparentar, sino lidocaína, el anestésico usado por los odontólogos.
La operación del 3 de setiembre reveló otro aspecto crucial a los agentes de Divitid-G: que detrás del clan familiar estaban miembros de Orión, un grupo de Inteligencia de la Dirandro. Por información de los propios policías, los agentes de la Divitid-G se enteraron de que integrantes de Orión fueron quienes informaron del operativo para que se interviniera.
Pese a una posible duplicidad de acciones de inteligencia, la Divitid-G y Constelación decidieron seguir escuchando para saber qué tipo de nexo tenían los miembros de Orión con el clan Beraún.
Presión y nuevo trato
Un diálogo de WhatsApp que la abogada de Hermógines Beraún y el fiscal Prado tuvieron en octubre del 2021 evidencia la presión del clan para lograr la colaboración eficaz: “[...] Doctor, tiene que ser lo antes posible, ha pasado mucho tiempo desde que iniciamos la conversación para este trato [...], los trabajos de colaboración ya se hicieron y con éxito”, escribió la abogada.
Según las escuchas legales, en los meses siguientes la familia asumiría que Hermógines Beraún saldría beneficiado gracias a la droga adulterada incautada y la detención de uno de sus miembros. En paralelo, seguían traficando.
En algunas escuchas, el cabecilla Richard Beraún incluso se ufana ante sus hermanos de tener el apoyo de “los amigos”, en alusión al contacto con agentes de la Dirandro. “He firmado un convenio para los cinco, [...] todo tranquilo, normal para trabajar”, dijo el 3 de febrero del 2022.
Según fuentes de El Comercio, agentes de la Dirandro habrían participado en el proceso de colaboración eficaz para Hermógines Beraún.
Constelación y los agentes de la Divitid-G luego optaron por intervenir a los principales integrantes de la red, enterados de una posible exportación de droga a Bolivia.
Por eso el 6 de febrero Tereza Tolentino, matriarca y financista del clan, fue detenida cuando salía de Juliaca (Puno) con 80 kilos de cocaína en una camioneta. Horas después, el cabecilla Richard Beraún fue capturado en la región.
El arresto de ambos alborotó a los miembros de la organización, que desesperados comenzaron a hablar más de la cuenta por los teléfonos intervenidos. Incluso hicieron un pago de S/50 mil para lograr la libertad de Richard Beraún (en las escuchas no se menciona a quién se hizo el desembolso).
En otro diálogo, Jhon Beraún pidió a su cuñada buscar en la agenda de su hermano Richard los teléfonos de policías: “¿Cómo se llaman esos amigos policías? [...] ¿'Riky’ y ‘Roy’? A ver, le van a ayudar a salir a Richard, no, ¿ya?”.
Al mes siguiente, un juez de Juliaca cambió el mandato de detención de Richard Beraún por el de comparecencia restringida. Ni bien fue liberado, empezó a coordinar con el fiscal antidrogas de Puno René Rodríguez López, quien investigaba a su mamá, un nuevo acuerdo de colaboración eficaz.
El 10 de mayo del 2022, cuando las conversaciones de Richard Beraún con los fiscales de Lima Norte y Puno por los procesos de colaboración estaban bastante avanzadas, los agentes de la Divitid-G decidieron dar un nuevo golpe.
Un día después, se intervinieron los búnkeres del clan en Ventanilla y Carabayllo, donde la organización guardaba armamento y preparaba droga adulterada (para usarla en sus colaboraciones). Estos eran los inmuebles del operativo que el ministro Chávarry presentó.
A raíz de esa intervención, la fiscalía antidrogas de Ventanilla tomó el caso. Luego lo asumió la fiscal Edith Ccora, quien hizo su trabajo: investigar al clan. Ella logró la detención de sus integrantes y, en agosto de este año, solicitó 35 años de cárcel para ellos.
Para Ccora, en su investigación quedó claro que Richard Beraún coordinaba con las fiscalías que investigaban a sus familiares. “Para abril y mayo del 2022, Richard [Beraún], además de sus actividades de tráfico de droga, estaba coordinando el financiamiento de las colaboraciones eficaces de Hermógines Beraún y de su mamá Tereza”, señaló.
Tras presentar la denuncia, el clan buscó detener la labor de Ccora: planeó asesinarla buscando un sicario. Esto no amilanó a la fiscal.
Sobre el nexo de policías antidrogas y miembros del clan Beraún, desde la Dirandro optaron por no hacer un comentario oficial para este informe.
Relaciones peligrosas
En la investigación de la fiscal antidrogas de Ventanilla Edith Ccora, se encontraron evidencias sobre la estrecha coordinación entre el clan Beraún y agentes de inteligencia de la Dirandro. En las escuchas de Constelación, Jhon y Richard Beraún sugieren que los policías ‘Tío Roy’, ‘Tío Vica’ y ‘Tío Riky’ habrían apoyado el proceso de colaboración de sus familiares presos ante los fiscales de Lima Norte y Puno.
En junio del 2021, el suboficial PNP Daniel de la Rosa, conocido como ‘Roy’, fue detenido en Tacna con 25 kilos de cocaína. En su defensa, adujo que ese cargamento era parte de una operación especial, pero en ese momento no pudo justificarla. El auto en el que se desplazaba, de placa BBK-646, era de propiedad del cuñado de Richard Beraún. Esa misma placa fue usada por el clan para simular el operativo del 3 de setiembre del 2021 en Lima.
Por ese hecho, la fiscalía de Tacna abrió una investigación a De la Rosa y otro agente de la Dirandro. Sobre esa investigación, desde la Dirandro señalaron a El Comercio que ellos estaban en un operativo de remesa controlada (acción de inteligencia encubierta), y que en ese momento hubo una descoordinación. Agregaron que el fiscal Javier Prado luego regularizó la situación.
Otro elemento sospechoso es la fotografía en la que Richard Beraún aparece con un chaleco que dice ‘Riky’, como se conoce a un agente de Orión. Además, en abril del 2018 Beraún fue detenido con un carnet que lo identificaba como teniente PNP.