Marilia Pastor

Renato López forma parte de esa generación de cocineros que creció viendo a Gastón Acurio y a Don Pedrito en la televisión. En ese tiempo la gastronomía no era una de las carreras más buscadas y, cuando estudió, los graduados no llegaban a los dos dígitos. Fue una generación de aguante que se forjó a fuerza de su fuego interno. Así, él llegó a trabajar en nuestros restaurantes más laureados (en los inicios de Central y más adelante en Astrid & Gastón): “Son como una universidad para las personas que trabajan ahí. Te abre la mente como cocinero y te da muchas oportunidades en el mercado”, sostiene.