Santa Rosa de Lima, considerada como la patrona de América y las Filipinas, fue una figura que dedicó su existencia a Dios y a cuidar a enfermos y niños. Debido a su relevancia, cada 30 de agosto es venerada en Perú con una festividad especial que resalta su compromiso y sacrificio. Si bien su fecha es reconocida en Perú, existe una confusión respecto al día de la celebración debido a que la santidad es celebrada por otros países cada 23 de agosto. A continuación, te contamos todos los detalles.
¿LA FECHA DE CONMEMORACIÓN A SANTA ROSA DE LIMA SE CAMBIÓ?
Santa Rosa de Lima fue beatificada en 1668 por el Papa Clemente IX, quien también la designó patrona de Lima y del Perú un año después, en reconocimiento a su vida de servicio y sus milagros. Esta beatificación fue un paso significativo que destacó su dedicación y su impacto en la comunidad.
Posteriormente, en 1670, el Papa Clemente X la proclamó patrona principal de América, Filipinas y las Indias Orientales, y al año siguiente, el 12 de abril de 1671, la canonizó, llevándola a convertirse en la primera santa de América y a que posteriormente tenga su festividad, la cual fue establecida oficialmente para el 30 de agosto, una fecha celebrada ampliamente en diversos países.
Sin embargo, en una actualización del calendario litúrgico, el Concilio Vaticano II cambió la fecha de su conmemoración al 23 de agosto, razón por la cual otros países la celebran en este día.
¿POR QUÉ SE REALIZÓ EL CAMBIO DE FECHA DE LA FESTIVIDAD DE SANTA ROSA DE LIMA?
El cambio en la fecha de la festividad de Santa Rosa de Lima se realizó para alinear las celebraciones de los santos con el calendario litúrgico romano. La modificación buscaba evitar la coincidencia con la festividad de San Bartolomé y acercar la celebración a la fecha de fallecimiento de la santa, que ocurrió un 24 de agosto de 1617.
A pesar del ajuste, para los países hispanoamericanos de los que es patrona, como en el Perú, se sigue conservando el 30 de agosto.
¿QUIÉN FUE SANTA ROSA DE LIMA?
Santa Rosa de Lima, nacida Isabel Flores de Oliva el 20 de abril de 1586 en Lima, Perú, era la décima de trece hijos en una familia noble que se estableció en la colonia española. Su belleza la llevó a ser conocida como Rosa desde temprana edad. Aunque su familia vivió tiempos difíciles debido al fracaso de los negocios de su padre, y ella tuvo que trabajar como criada, no dejó que la adversidad la apartara de su vocación religiosa. Fundó un refugio en su hogar para ayudar a los más necesitados, especialmente a niños y ancianos abandonados.
Desde joven, Rosa deseaba dedicarse a Dios en una vida de clausura, inspirada por Santa Catalina de Siena. A los 20 años, se unió a la Tercera Orden de Santo Domingo, adoptando el nombre de “Santa María” en honor a la Virgen. Destacó por su austera vida y su labor en la evangelización. Un milagro importante atribuido a ella ocurrió en 1615 cuando, ante la amenaza de un ataque de corsarios neerlandeses, rezó fervientemente con otras mujeres para proteger Lima. Las naves se retiraron misteriosamente sin atacar, consolidando su reputación de santa.
¿QUÉ INSTITUCIÓN PERUANA CONSIDERA A SANTA ROSA COMO SU PATRONA?
Debido a sus destacadas virtudes y dedicación religiosa, Santa Rosa de Lima ha sido reconocida por la Policía Nacional del Perú, además de otras entidades, como su Celestial Patrona y Protectora. Esta admiración se celebra anualmente el 30 de agosto, conmemorando el “Día de Santa Rosa de Lima y de la Virtud Policial”. Este día no solo honra su vida y legado, sino que también subraya el vínculo especial entre sus enseñanzas y el compromiso de las instituciones con valores de integridad y servicio.
ORACIÓN POR EL DÍA DE SANTA ROSA DE LIMA
Santa Rosa de Lima, luminosa estrella en el cielo de la fe, te encomiendo mi camino. Intercede ante Dios para que tu luz ilumine mis pasos y me guíe por senderos de amor y virtud. Te pido que protejas mi vida y la de mis seres queridos, y que nos sostengas en momentos de dificultad. Concede, Santa Rosa, que, siguiendo tu ejemplo de entrega y humildad, podamos alcanzar la paz y la gracia divina. Amén.