En 1909, por casualidad, el científico Edouard Benedictus, descubrió dos capas de vidrio y una de celulosa en medio era el cristal ideal para ser parabrisas de los autos. Permitía que, en caso de accidentes, la luna no ser destruyera y lastimara a los usuarios. Fue el estándar. Pero el dispositivo evolucionó y ahora hasta unos puntos negros son un sistema de seguridad muy pensado.
Los autos modernos tienen como parabrisas a dos láminas de vidrio con una de polivinilo butiral (PVB) en medio, como parabrisas. Este último puede ser transparente o coloreado. Se “fusionan” a través de calor y presurización. Además, asila hasta un 30% el ruido exterior y bloquea más del 90% de rayos UV. Y en su marco ostenta un cinturón de puntos negros conocidos como frit band.
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Los citados puntos descartan su presencia por un motivo estético. Tampoco sirven para mayor protección del sol. Y menos se pueden remover como si se tratara de un vinilo. Es una capa de pintura cerámica ultrarresistente, explica el sitio especializado El Motor. Esto hace que sea imposible que sean removidos.
La pintura cerámica es más duradera, más resistente a las manchas, es un buen aislante térmico, resistente al fuego y ayuda a amortiguar el sonido. Y su misión en los autos es el de camuflar y proteger el adhesivo aislante de uretano que se emplea para pegar los parabrisas a los autos, así como en vehículos pesados o de transporte masivo.
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Los autos están expuestos a todo tipo de afecciones: temperaturas extremas, viento, lluvia o nieve. También a los químicos de los jabones y similares. Así, estos puntos negros permiten que el pegamento siga firme en el parabrisas pese a todo lo expuesto. Sin estos, aumentaría la posibilidad que el cristal se despegue.
Por otra parte, cuando los vidrios laminados se fabrican y logran la forma pensada para ser montada en un auto, son introducidos en un horno. Allí, la pintura cerámica permite deformar el parabrisas para lograr un efecto lente. Esto porque los pequeños puntos ayudan a distribuir la temperatura –al calentarse más rápido que el cristal- y minimizar la distorsión en el proceso.
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Finalmente, también son útiles para los dispositivos de telepeaje. Al ser atérmicos los parabrisas actuales, son incapaces de recepcionar señales, como las del GPS. Pero si se apunta en la franja de puntos, facilita el acceso a estos sistemas.
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