Solo el tiempo dirá si, efectivamente, “Jurado #2″ fue la última película dirigida por Clint Eastwood. El cineasta de 94 años de edad no ha confirmado aún oficialmente si la cinta que este 20 de diciembre llega a la plataforma MAX, es su despedida de un oficio que lo ha mantenido en la cúspide de la industria durante décadas.
Porque es bajo su singular forma de entender la existencia humana que millones se han acercado a la pantalla grande. Algunos para impactarse, como con “American Sniper”, otros para sorprenderse, como con “Cartas desde Iwo Jima” y, en ocasiones, para también para conmoverse, como con “Gran Torino”.
El sinuoso camino de “Jurado #2″, sin embargo, no ha sido precisamente justo para el posible cierre de una carrera digna de su artífice. La película tuvo un tibio acercamiento a algunos cines estadounidenses hace un par de meses, y rápidamente los estudios a su cargo (Warner Bros) la asignaron al streaming. Allí, ciertamente, corre el riesgo de perderse entre tanto estreno y enlatado, sin embargo, bien vale la pena detenerse a analizar un poco más no solo el qué cuenta, sino fundamentalmente el cómo lo cuenta.
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MÁS QUE UN DRAMA JUDICIAL
“Jurado #2″ presenta la historia de Justin Kemp (Nicholas Hoult), un redactor independiente que ve interrumpida su etapa de preparación para la paternidad cuando lo eligen como integrante del jurado popular que decidirá sobre la rara (y violenta) muerte de una mujer en un pueblo de Georgia, Estados Unidos.
Basado en un guion escrito por Jonathan A. Abrams, la película de Eastwood muestra las cartas rápidamente. Así pues, apenas unos minutos han pasado y ya tenemos a nuestro protagonista ‘superando’ las pruebas que lo llevarían a ser elegido como el jurado número 2 de la docena que decidirá sobre el ya citado caso.
Los líos judiciales no son en absoluto algo nuevo para la industria del cine y la televisión estadounidense. La presencia de tribunales integrados por ciudadanos comunes y corrientes tampoco son algo desconocido. Un ejemplo inmejorable de todo esto es “La ley y el orden”, el formato creado por Dick Wolf que desde 1990 ha enganchado a millones de televidentes, inclusive con spinoffs como “Víctimas especiales” (con la friolera de 26 temporadas), entre otros.
Si este programa creado en el ‘Universo de Dick Wolf’ no es único, porque la industria ha apostado múltiples veces por historias vinculadas a ley, orden y criminales, ¿qué lleva a Abrams e Eastwood a tentar suerte en una historia de este tipo? Al parecer, la respuesta está vinculada al enfoque.
Como dijimos líneas arriba, nuestro protagonista está a punto de convertirse en padre. En casa, su esposa, Allison Crewson (una poco aprovechada Zoey Deutch) refleja la fragilidad de una mujer que viene de perder a su hijo y, nuevamente en cinta, tiene no solo expectativas, sino fundamentalmente miedo y mucha presión para ‘no cometer ningún error’ que desencadene otra pérdida. Con esa carga encima, Justin se enfrenta a una verdad trascendental: cuando comienza a relatarse lo ocurrido en el accidente que ha motivado el juicio, sus recuerdos comienzan a aparecer, uno por uno. Hay algo detrás.
UNA VERDAD INCÓMODA
“Jurado #2″ tiene entre sus principales virtudes el juego que hace con la memoria y sus inevitables grietas. Valiéndose de flashbacks, el personaje interpretado por el actor británico Nicholas Hoult comienza a verse cara a cara con una verdad que lo asfixia. Y es que, ¿acaso no es mejor 10 culpables libres que un inocente preso? El futuro padre de familia fracasa en todos sus intentos por ser expulsado del jurado. A su alrededor, nadie se percata de que algo esconde. Y el tiempo empieza a correr.
Abrams e Eastwood han arropado muy bien a Justin. Aquí tocaría mencionar a los otros integrantes del jurado, desde Harold (interpretado por el siempre brillante J.K. Simmons), un policía en retiro que no se ‘traga el cuento’ de la fiscal con facilidad, hasta Marcus (Cedric Yarbrough), un afroamericano que pierde los papeles con suma facilidad mientras intenta explicar su postura, pasando por Yolanda (Adrienne C. Moore), una madre de familia de armas tomar, o inclusive el brillante Brody (Drew Scheid), un joven que parece libre de presiones para decir lo que cree.
Este crisol de personalidades encerradas bajo un mismo salón decidiendo durante varios días el destino de un acusado es en sí otro aspecto muy bien plasmado por Eastwood y compañía. Porque en las doce voces que primero van en coro hacia el sí, y luego se desvían por el ‘no’ o el tal vez, el espectador seguramente verá reflejados todos los estereotipos, miedos y prejuicios que tendría si se enfrenta a la posibilidad de integrar un jurado como tal. Son esa docena de gentes de ‘carne y hueso’ quienes pueden dar justicia, o perpetrar lo contrario.
Pero si de acompañantes de Justin hablamos, tampoco no se puede dejar de lado a la fiscal, Faith Killerbrew (Toni Collette), una mujer que zigzaguea entre su rutinante trabajo diario y sus intenciones políticas en el distrito. En medio de aquello seguramente perderá la perspectiva y sufrirá la natural pérdida de su ‘olfato’. Al frente suyo, primero, están James Michael Sythe (un muy poco expresivo y útil Gabriel Basso), como el novio y presunto asesino, y luego su abogado, Eric Resnick (Chris Messina), quien debe luchar contra el tiempo para evitar una condena, ante una jueza Thelma Hollub (Amy Aquino) casi siempre impertérrita.
Al inicio de esta nota decíamos que Eastwood devela las cartas desde el inicio. En ese sentido, conocedores de la verdad de Justin, durante más de hora y media seremos testigos del lamento y los reproches de un hombre que se sabe culpable, pero en el fondo –como si se tratase de un instinto—hará todo lo posible para cumplir el deseo de su esposa en torno a “no dejarla sola” en este nuevo intento por convertirse en una familia. ¿Hasta qué punto un hombre es capaz de callar para ser feliz? ¿Cuáles son los rincones más profundos de la culpa? ¿Duele levantarse junto al ser amado mientras le ocultas una verdad trascendental? Estas son algunas de las preguntas que deja este drama lleno de miradas y silencios, una propuesta audiovisual que, más allá de sus flaquezas, cumple a todas luces su objetivo central: interpelarnos.
Jurado #2/MAX
Sinopsis: Justin Kemp es un padre de familia que, mientras ejerce de jurado en un juicio por asesinato, se enfrenta a un grave dilema moral que podría utilizar para influir en el veredicto del jurado y condenar -o liberar - al asesino equivocado.
Director: Clint Eastwood
Elenco: Nicholas Hoult, J.K. Simmons, Toni Collette, Kiefer Sutherland, Zoey Deutch
Calificación: 4 estrellas
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