“Mientras haya esperanza”: Dennis Quaid en una historia de fe que resbala en lo cursi | RESEÑA

“Estoy cansado de perder personas”, responde furioso Doug White (Dennis Quaid) cuando su esposa, Terri (Heather Graham), le pide que se calme. Ambos acaban de llegar del entierro de Jeff, el hermano mayor de Doug, fallecido repentinamente de un ataque al corazón.

Aunque parece tener todo resuelto (una buena y comprensiva esposa y dos saludables hijas casi universitarias), el protagonista de “Mientras haya esperanza” no parece ser completamente feliz. En un lapso relativamente corto de años ha perdido a su padre, a su tío y ahora a su hermano.

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Hasta aquí hemos descrito en líneas generales la génesis del nuevo drama familiar que Prime Video estrenó el último viernes santo. Estamos ante una película basada en hechos reales que se ampara en por lo menos otras tres sub historias paralelas. En todas hay elementos que logran resolverse siempre bajo algo muy cercano a un milagro divino.

Volviendo del velorio de su hermano en Florida, Doug contrata un jet privado para viajar junto a su esposa e hijas, una de las cuales (Bailey/Abigail Rhyne) presenta problemas de salud (diabetes tipo 1), por lo que en determinadas situaciones precisa de urgentes ‘shots’ de insulina. La otra (Maggie/Jesssi Case) es una joven que, ad portas de ingresar a la universidad, parece más preocupada en la vida social que en la propia familia.

El vuelo rumbo a Luisiana, que comienza en una soleada tarde de un viernes de pascua, a los pocos minutos se trastoca por un paro cardiaco que sufre el (único) piloto Joe Cabuk (Wilbur Fitzgerald). En una situación límite ante la muerte de quien debía trasladarlo a casa, Doug decide hacerse cargo de la situación, recordando las pocas clases de piloto de avión que llevó meses antes de la muerte de su hermano.

Como habíamos adelantado, “Mientras haya esperanza” despliega una serie de sub historias conectadas al drama de Doug. La primera tiene que ver con Dan Favio (Rock Myers), un controlador aéreo al borde del alcoholismo que, sin motivaciones mayores para salir adelante, es capaz de llegar ‘resaqueado’ a su centro de trabajo, poniendo en riesgo su estabilidad laboral.

Una segunda sub historia está relacionada con Kari Sorensen (Jesse Metcalfe), un retirado piloto de avión que, más allá de su gran talento y experiencia, vive un presente abrumado por la inestabilidad. En la trama aparece como pareja de Lisa Grimm (Selena Anduze), una comprensiva mujer que, sin embargo, parece cerca de dejar al hombre que ama.

Finalmente, y aquí viene la parte más débil del drama dirigido por Sean McNamara, tenemos a una adolescente (Donna/Raina Grey) que, ayudándose solo de programas de simulación y de un acceso directo a webs de aviación ha conseguido acceso al tráfico aéreo de todo Estados Unidos. Así pues, es capaz de ver los desplazamientos, las esperas, pero sobre todo los aterrizajes según tiempo y condición climática. Ella –con un afiche de la mítica piloto Amelia Earhart pegado en la pared de su cuarto—llega a ser acompañada en algún momento por otro menor, Buggy (Trayce Malachi), quien cada cierto rato se sorprende al notar sus grandes conocimientos en aviación.

Volviendo a la historia principal, un detalle positivo en “Mientras haya esperanza” es que no le deja solo el rol protagónico a Doug. Y es que, al ver que el piloto oficial del jet privado ha fallecido, Terri se sienta en su lugar y agarra el manual de vuelo. En ningún momento ella muestra temor y, todo lo contrario, envalentona a su esposo para que recuerde sus pocas clases y finalmente sea capaz de aterrizar la aeronave de forma segura.

Sean McNamara hilvana las historias de forma conservadora, sin tomar riesgos. Al drama de Doug y esposa, le añade el del controlador aéreo que –volviendo de una noche de copas—debe encender todos sus sentidos para salvar el vuelo de nuestro protagonista. En dicho propósito es que tiene un instante iluminación y decide llamar a Kari, quien casualmente conocía del tipo de avión que ahora pilotan Doug y esposa. Y aunque está prohibido que alguien use celulares en la torre de control, el jefe lo autoriza ante las circunstancias. Finalmente, como testigo de esta calamidad aparece Donna, quien –aprovechándose de su acceso a radios y radares oficiales-- nos va relatando lo que parece ser una inminente tragedia aérea.

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No se precisa de una inteligencia superior para entender muy rápidamente hacia dónde nos quiere llevar este argumento ‘amarrete’. Estamos ante un hombre que, luego de sufrir tres pérdidas familiares, parece haber perdido la fe, aunque de pronto se verá en una situación límite, por lo que, en medio de oraciones, buscará redimirse de sus reclamos al Divino para salvarse y salvar a toda su familia.

Que la película haya sido estrenada un viernes santo encuentra toda lógica cuando vemos una serie de ‘gestos’ religiosos desperdigados a lo largo de la trama. Desde la decisión de enfocar en primer plano una biblia segundos antes de que Doug y Terri hagan el amor (algo que, obviamente, no se concretó), hasta momentos tipo ‘La Rosa de Guadalupe’, donde un casi alcohólico de pronto se percata de que ‘eso no está bien’, pasando por otros en los que esposos reconocen haber ignorado a su pareja y, por ende, rectifican para salir adelante juntos, y, finalmente, situaciones en los que hermanas se percatan –casi mágicamente-- de la importancia de la familia.

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Por detalles como estos, “Mientras haya esperanza” es a ratos más una película moralista típica que un drama solvente y moderno. La actuación de Dennis Quaid –un actor que ha priorizado en los últimos años las producciones familiares, cristianas y vinculadas a la fe— resulta convincente y útil más cuando está fuera de peligro que dentro de él.

Y si la idea es buscar algo positivo a la propuesta de Sean McNamara, muy probablemente sería la posibilidad de descubrir la historia real de Doug White, un ciudadano americano que en abril del año 2009 salvó de morir al seguir las instrucciones que desde la torre de control le enviaban luego de que el piloto que manejaba su vuelo privado se desvanezca solo 10 minutos después de despegar desde la Isla Marco, en Florida. Una historia que seguramente merecía una mejor película.

MIENTRAS HAYA ESPERANZA/ PRIME VIDEO

Director: Sean McNamara

Elenco: Dennis Quaid, Heather Graham, Jesse Metcalfe

Sinopsis: Después de que su piloto muere inesperadamente en pleno vuelo, Doug White (Dennis Quaid) tiene que aterrizar con seguridad un avión y salvar a toda su familia de un peligro insuperable.