En el cómic “Maus”, Art Spiegelman pone en boca de su padre que, para saber quiénes son los verdaderos amigos, hay que encerrarlos en una habitación sin comida. Solo entonces se sabrá el verdadero significado de la amistad. Una frase contundente sobre la condición humana, pero más allá de los ejemplos del mundo real, las ficciones prosperan cuando los personajes son llevados al extremo, pues se aceleran conflictos y la historia avanza con violencia. Eso es lo que ocurre en el sexto episodio de “Chainsaw Man”.
La División Especial 4 ha sido atrapada en el octavo piso de un hotel por el Demonio de la Eternidad, una masa deforme que exige la muerte de Denji/ Chainsaw Man (Kikunosuke Toya) como pago para de escapar. En un principio los personajes no aceptan, pero es claro que no hay muchas soluciones. La novata Kobeni (Karin Takahashi) se deja llevar por el miedo e intenta matar a Denji con un cuchillo, pero no tiene éxito.
Cuando ya no parece haber esperanza, Kobeni intenta apuñalar a Denji una vez más, pero Aki (Shogo Sakat) protege a su compañero y recibe la cuchillada. Él eligió salvar al Hombre Motosierra para que, algún día, le ayude a combatir al Demonio Pistola. Denji, decidido a terminar el problema de una vez por todas, pero también a saldar su deuda con Aki, se lanza a las fauces del enemigo y está a un paso de transformarse.
Personajes en conflicto
El encierro muestra cuán distintos son Denji, Power, Aki y Himeno de las demás personas. Los dos primeros son demasiado tontos e irresponsables como para entender la gravedad del asunto; el segundo, en cambio, tiene todas las intenciones de sacrificar su esperanza de vida para escapar. El contraste de todos ellos son los relativamente normales Kobeni y Arai, cuyos traumas muestran que la vida del cazador de demonios es todo menos sencilla.
Las interacciones del elenco no habrían sido gran cosa de no ser por el rol que cumple Kobeni (Karin Takahashi), cuya desesperación sostenida lo largo del episodio grafica el terrible estado en el que se encuentran los personajes. Ella es el elemento fuera de control en todo grupo humano rodeado por el peligro, el recordatorio de que incluso en los mangas shonen, cargados de heroísmo, hay cobardes.
Pero no solo se trata de conflictos interpersonales, pues el episodio combina en partes iguales humor (la situación es tan extraña que solo queda reír), pero también de ternura (por las escenas entre Aki y Himeno, de las que comentaré después). En términos de animación, tiene que ser uno de los episodios con menos acción de toda la serie hasta el momento, pero que sirve para desarrollar a los personajes al darles un breve respiro.
Una pareja con historia
Posiblemente, la relación de Aki y Himeno sea la más cautivante de toda la serie. Ambos, compañeros unidos por las ganas de vencer a los demonios, se conocieron como aprendiz y maestra, donde el primero recién se hace a la idea de lo que significa trabajar para el estado y la segunda acaba de perder a varios colegas y tiene que vivir con la culpa del sobreviviente. Ninguno de ellos le cuenta a los demás el vínculo que mantienen, pero son las acciones de ambos las que definen la relación, así como los flashbacks.
La vez que Himeno convencía a Aki de fumar, a lo que él acepta a regañadientes para luego volverse adicto. Y cuando se pasan el cigarrillo estando tan cerca el uno del otro. O cuando él se venga de la mujer que atacó a Himeno pegándole chicle en la ropa. En esas escenas, escasas, ambos quedan como personajes reales, no heroicos, ni de grandes discursos; sino personas tristes que solo se tienen la una a la otra. Se perciben reales.
El vínculo de ambos alcanza su punto culminante cuando Kobeni apuñala a Aki, lo cual quiebra a la madura Himeno; quien se desespera. Por un breve momento deja de ser la mujer juguetona o calmada a la que vimos, pero sí alguien con miedo de perder a quien ama. No es necesario que ni ella ni Aki digan lo que sienten, pues eso ya es evidente. Al poco rato Denji se lanza a las fauces del enemigo, pero el combate real, el corazón del episodio, ocurrió justo antes.
En conclusión, el sexto episodio de “Chainsaw Man” funciona precisamente por ofrece nuevas facetas de personajes que ya creíamos conocer. En esas diferencias está la riqueza narrativa. La serie, recordemos, recién empieza y hay oportunidades para cambiar lo que parece establecido o para hacer algo distinto. Un episodio sin exceso de tripas en una serie que hace de la violencia su bandera, ¿es un mal episodio? No. La prueba está aquí.
Pensamientos sueltos
- Los “contratos” de los demonios con humanos no pueden romperse. De lo contrario, el ser sobrenatural muere.
- La espada que Aki lleva consigo, y hasta el momento no utiliza, es poderosa. El precio para usarla es perder años de vida.
- Himeno: “Kobeni se desesperó tanto que bebió agua del inodoro”. ¿Y quién no lo haría?
- De verdad que Kobeni me parece un buen personaje. Es tan miserable que dan ganas de protegerla, pero también de alejarla de la familia que solo le exige dinero.
- El ataque del Demonio de la Eternidad abre la puerta a situaciones más allá de las batallas.
- El flashback de Himeno y Aki, donde él prueba su primer cigarrillo, es encantador. Es la escena que más humaniza al cazador en toda esta serie.
- “Dainou-teki na Rendezvous” de la banda Kanaria, sexto tema de cierre, empalma muy bien sus imágenes con la caída de Denji hacia las fauces del demonio enemigo.
Calificación
4 estrellas de 5
"Chainsaw Man" estrena nuevos episodios todos los martes por la plataforma Crunchyroll.
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