A Ana María Orozco le dijeron recientemente, durante la gira promocional que hizo por el estreno de “Betty, la fea: La historia continúa” que, en términos del amor y cariño del público, el personaje de telenovela que ella viene interpretando desde 1999 es para los mexicanos lo que Chespirito a los colombianos. El parangón a ella la ruborizó profusamente. Tanto que estuvo a nada de pedirle al conductor del programa de radio de CDMX que se retractara. Comparaciones, precisas o exageradas, van y vienen, pero lo cierto es que todos quieren a Betty. Hay más evidencia.

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