Pedro Morales Miranda (37) creció viendo a su padre –de quien heredó el nombre y la vocación política– luchar contra el terrorismo y la pobreza, y por la gobernabilidad como alcalde de su natal Huancayo. En sus recuerdos, la admiración hacia él es infinita, y hacia el partido que lo acoge, también. “Yo soy de Acción Popular desde chiquito, por mi papá, pero luego por una real convicción. En el 2006 tuve mi primera participación política, cuando me acerqué a Valentín Paniagua para apoyarlo en su campaña”, cuenta.
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Padre de dos hijos y casado desde hace ocho años, Pedro dice que ahora entiende por qué su padre tenía que ausentarse tanto del hogar. Espera que, llegado el momento, sus hijos también lo comprendan. Postula al Congreso por Acción Popular y lleva el número 5 de la lista de Lima.
Tu padre fue alcalde de Huancayo por Acción Popular, ¿cómo recuerdas tus primeras interacciones con la política?
Mi casa era accionpopulista y desde chico recuerdo haber visto trabajar a mi padre. A veces no entendía por qué no llegaba temprano a casa o no iba a las actuaciones del colegio, y me molestaba. Pero cuando fui creciendo lo fui entendiendo. Yo soy de Acción Popular por tradición familiar, es cierto, pero también por convicción. Cuando elegí militar en el partido decidí que lo haría porque es un partido sin mancha de la corrupción. Yo he visto cómo gobernó mi papá y cómo se enfrentó al terrorismo y a la dictadura de Fujimori. Conocí también personalmente a Valentín Paniagua y el conocer a personas tan honestas me animó a ingresar a la militancia. El escuchar que mi padre hizo bien las cosas, que me heredó un apellido limpio, es un orgullo y es algo que quiero mantener y replicar.
Es interesante que tengas casi 20 años de militancia. Te inscribiste en Acción Popular en una época en la que los jóvenes no tenían interés en militar en ningún partido tradicional.
Es cierto que los partidos políticos más tradicionales sufrieron, a fines de los 90, un gran desprestigio. Fujimori petardeó a los partidos políticos. Esa es la explicación para tener saltos generacionales tan grandes en las militancias partidarias. Si bien mi interés inicial fue por tradición familiar, en la medida que fui conociendo mejor cómo funcionaba la política y el partido mismo, la convicción nació y es esa convicción la que me ha traído hasta aquí. Pero claro que reconozco que hay un vacío generacional muy grande, no solo en Acción Popular.
Acción Popular quedó muy mal parado tras la vacancia presidencial y las protestas, ¿qué autocrítica te merece?
Tienes razón. Lo que sucedió en noviembre, si bien era legal, y lo digo como abogado, no debió suceder. En ese momento se tuvo una muy mala lectura política de la coyuntura. Y los resultados fueron lamentables. Pero ahora el partido tiene el compromiso de recuperar su credibilidad. Somos un partido histórico, sin mancha de corrupción y cuyos líderes han marcado para bien la historia del Perú. Somos una nueva generación, la que va a sacar al país y al partido adelante.
¿Por qué el partido no ha sancionado a Manuel Merino, que no asume responsabilidad por los hechos?
Por un tema procedimental, el partido está actualmente sin dirección nacional. Pasadas las elecciones se elegirá una nueva junta directiva, que será la que decidirá qué acciones tomar sobre el comportamiento de Manuel Merino.
¿Cómo enfrentas el hecho de ser un político del bicentenario, de la era de las redes sociales?
Con mucha responsabilidad. Las redes suponen un espacio de diálogo que muchas veces se convierte en un espacio de pelea. Creo que debemos apostar por el diálogo siempre y también creo que se debe sancionar a quienes difunden información falsa en las redes. Debería haber una ley que se encargue de ello. Y lo veré si llego al Parlamento. Las redes también nos muestran otro tema importante: no todos tienen conexión a Internet. Tenemos que trabajar por cerrar esa brecha digital.
¿Qué será prioritario para ti en caso de llegar al Congreso?
Apuesto por dos ejes, sobre todo: la defensa de los derechos de los consumidores y la reforma política. Sobre lo primero, tenemos problemas que se reflejan incluso en la salud o en la educación. Sabemos que quien no tiene dinero para pagar una cama UCI se muere sin más, o que los padres de familia han tenido que sacar a sus hijos de la escuela o de la universidad porque no podían pagar las pensiones que nunca bajaron. Y a eso le sumamos que hay universidades que ni siquiera pagan impuestos...hay muchas cosas que cambiar.
¿Y cómo mejorarías la función de representación que ejercen los congresistas y que suele ser muy cuestionada?
Tengo dos propuestas en ese sentido: tener oficinas descentralizadas y abrir canales digitales. Sobre lo primero, me refiero a tener oficinas descentralizadas en Lima Norte, Lima Este, Lima Sur, etc., que permitan que sea el congresista el que esté cerca al ciudadano y que no sea necesario que el ciudadano vaya a buscar al congresista al Congreso. Tenemos que acercarnos a la gente que votó por nosotros; y por ahí va mi segunda propuesta, que tiene que ver con abrir canales digitales más directos de comunicación y ejercer la transparencia apoyándonos en las herramientas digitales, como las redes sociales, abrir un canal de WhatsApp o hacer uso del streaming.