Jorge Chávez Noriega

No son pocas las que, con valentía y determinación, abrieron el camino para que otras como ellas puedan incursionar en diversos campos de la vida pública, social y profesional en el país. Un año antes de la pandemia, la periodista Teresina Muñoz-Nájar asumió el reto de contar las biografías de estas mujeres extraordinarias, apelando a los principios básicos del oficio que ejerce desde hace treinta años: investigación y, sobre todo, mucho reporteo. En ese proceso, una de las historias que más la conmovió fue la de Trinidad María Enríquez, una jurista cusqueña que luchó activamente por 20 años para que se le reconociera su título profesional, desde el día de su graduación hasta su muerte, en 1891.

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“Trinidad María se dedicó en cuerpo y alma a demandar su caso ante el Poder Judicial y a escribirles cartas a los congresistas a fin de que la dejaran ejercer como abogada. Comenzó así una larga lucha por hacer valer sus derechos en una época en la que las mujeres no tenían casi ninguna alternativa para hacer realidad sus sueños, debiendo resignarse únicamente a ser esposas y madres, modistas, maestras o monjas”, relata Teresina, con precisión histórica y calidez humana, en el libro “Valientes: mujeres del bicentenario” (Penguin Random House).

La señora de Cao.
La señora de Cao.

El de Trinidad María Enríquez es uno de los sesenta perfiles que podemos encontrar en esta publicación ilustrada, que hace un recorrido desde el período prehispánico, la gesta independentista y los albores de la República hasta llegar a los tiempos actuales. “A pesar de que provienen de distintas épocas, todas estas mujeres tienen en común el haber contribuido a forjar la nación que somos y ser pioneras en distintos ámbitos. Todas ellas han hecho algo importante en momentos clave de nuestra historia: desde la lucha por la independencia o los derechos ciudadanos, así como en el arte, la ciencia, la política o el deporte”, nos dice la periodista y escritora.

POR LA PATRIA

Micaela Bastidas, Tomasa Tito Condemayta, Manuela Sáenz, María Parado de Bellido o Juana de Dios Manrique. Estos son algunas de las mujeres que contribuyeron a nuestra independencia, pero que durante décadas fueron ignoradas en la historia oficial. Lo mismo ocurrió con las valientes patriotas que se involucraron en la Guerra del Pacífico, como Antonia Moreno Leyva o Zoila Sabel Cáceres. “Si uno observa el famoso cuadro de Juan Lepiani en el que aparece el general San Martín asomándose por un balcón de la Plaza Mayor, podrá notar que hay trece varones, incluido un cura. En la escena solo destaca una mujer, una tapada”, comenta Teresina.

Con la instauración de la República surgió la primera generación de mujeres ilustradas del Perú, entre ellas Clorinda Matto de Turner, Juana Manuela Gorriti y Laura Rodríguez Dulanto, quienes sentaron las bases para lograr una sociedad más igualitaria. A lo largo del siglo XX, aparecieron otras figuras femeninas que conquistaron espacios que hasta entonces eran reservados para los hombres, como la historiadora María Rostworowski, la periodista Doris Gibson, la artista plástica Tilsa Tsuchiya, la compositora Alicia Maguiña, la cocinera Teresa Izquierdo o la poeta Blanca Varela.

Todas ellas, y muchas más, ha sido retratadas con la pluma de Muñoz-Nájar. “El libro está dedicado a todas aquellas mujeres valientes que nos permiten celebrar el bicentenario de nuestra independencia. También a quienes encontraron el camino allanado para decidir con mayor libertad sus destinos, pero no por ello librado de muchos de los obstáculos que instalaba –y sigue instalado aún, de diversas formas– el machismo o el sexismo”, concluye. //

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