“Graciosita la chica”. Cada vez que Alicia Maguiña se encontraba con Los Chamas en un evento, fiesta o jarana, no tardaba en aparecer la misma broma de siempre. Ni bien los miembros del trío criollo la veían llegar, se le acercaban y le decían “Graciosita la chica”, entre risas. Era un chiste privado, algo que solo ellos entendían. En el recuerdo de la autora de Viva el Perú y Sereno, fallecida el lunes pasado a los 81 años, la frase en cuestión aludía a un episodio no muy grato ocurrido en los inicios de su carrera, que tuvo a Los Chamas de testigos. Sucedió durante un almuerzo que marcó su relación con la genial Chabuca Granda, quien le llevaba dieciocho años.
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Lo que ocurrió, según Maguiña, se remontaba a sus orígenes, cuando llegó de Ica a Lima “con su guitarrita” y unas canciones que había compuesto desde los 14 años. Un día fue invitada a casa de la familia De La Guerra para que cantase sus composiciones ante una invitada especial: nada menos que la autora de la Flor de la Canela. Alicia, que admiraba a Chabuca, se moría de los nervios. Lo primero que cantó fue Callecita Encendida, de Granda, para ganar confianza y luego se despachó con sus propias composiciones, todos inéditas entonces.
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Al final del recital tocaba escuchar el veredicto grandiano y este no se hizo esperar. Chabuca miró a los presentes, entre ellos Los Chamas, y les dijo “Graciosita la chica. Nada más. Alicia no lo podía creer.
Decir que ambas compositoras, cada una enorme a su modo, eran rivales sería inexacto. La rivalidad es un estado del alma y un mecanismo que amerita simetría, reciprocidad y un mínimo consenso entre partes para poder funcionar. Para ingresar a esa carrera, los competidores tendrían que reconocerse como similares o advertir su presencia, y no parece ser el caso de parte de Granda que, cuando Maguiña empezaba, era ya un boom en la música peruana. Por su parte, Maguiña siempre dijo que su estilo era distinto al de la responsable de Cardo y Ceniza, con frases sencillas que buscaban enamorar al oído popular y no tanto al de los poetas.
Aún así, los roces de sus personalidades siguieron sacando chispas. En una entrevista publicada en Somos el 28 de julio del 2007, realizada por el escritor y periodista Alonso Rabi Do Carmo, Maguiña sostenía: “Hubo un evento benéfico en un casino de Ancón en el que coincidimos Chabuca y yo, pues las dos íbamos a cantar (...) Cuando terminé pasé por su mesa, ella de pronto volteó y me tomó del brazo y me dijo: “Es pan, no pam, es gritan, no gritam”. Recuerdo que mi respuesta fue “Gracias, señora”. Pero ella no me soltaba el brazo y me volvió a decir: “Y te falta aprender a hacer marinera limeña".
A Maguiña el comentario le sonó injusto y le causó rabia. A decir de ella, a Chabuca no se la conocía por transitar en el elaborado género de la marinera limeña. Tanto le incomodó lo que pasó ese día que se lo contó a su maestro Manuel Quintana, quien la impulsó a escribirle una marinera de desafío. De inmediato se puso a escribir en un papel los octosílabos de jarana, la resbalosa y la fuga de lo que se llamaría Dale Toma. Fue una letra que escribió desde el estómago. La canción iniciaba así:
“Si tanto crees que sabes, contéstame esta jarana/ qué pasa que no respondes, te dije hoy, no mañana/ Cántame marineras, no tonterías/ a tu edad me parece que ya podrías”
Alicia Maguiña, "Dale Toma".
Más adelante añade un poco más de veneno a sus versos: “crees que sabes mucho y me das risa/ pareces una beata cantando en misa”.
En una entrevista a José Vadillo de El Peruano de enero del 2019, Alicia se explayó sobre su problemática relación con Granda. “Conmigo no fue ni maternal ni generosa, como dicen otros. Era desatinada. Me criticaba en cosas que ella no sabía, como la marinera limeña”. A Emilio Camacho, de La República, le contó ese mismo año que Chabuca no acusó recibo del desafío que supuso Dale Toma. “Me minimizaba. Es como si yo no fuera digna de una respuesta. Es lo que sentía. Puedo estar equivocada”. Por esa misma época, le contaba a Luces que prefería no hablar de Chabuca porque lo que ella pudiese decir podría ser tomado como envidia.
En la entrevista de Somos del 2007 advierte, sin embargo, que la prensa estigmatizó su vínculo con Granda debido a estos desencuentros -que ella hizo públicos, es justo decir- y que no caracterizaron la totalidad de sus interacciones. Nunca conversaron a solas ni frecuentaban los mismos círculos, pero si coincidían en un acto, podían conversar con naturalidad. “Cuando compuse Recordando a mi padre me llamó para felicitarme, me decía que por qué no me iba al extranjero, que me podría ir muy bien. Cuando su mamá estuvo enferma, en el Hospital Militar, fui a visitarla. Y cuando ella estuvo mal, antes de irse a Estados Unidos, fui a visitarla dos veces. Fue una buena relación, a pesar de lo que murmura la gente”. //
CITAS Y REFERENCIAS
“Alicia Maguiña: la última entrevista de la legendaria compositora peruana”, publicado por Somos el 17/9/20
“Genio y Figura”, publicado en el blog Cantera de Sonidos, recoge una entrevista original de Somos, “Yo era la rebelde del vals criollo”, a cargo de Alonso Rabi Do Carmo del 28/07/2007
“Alicia Maguiña: el libro que le hace justicia a la extraordinaria compositora del Perú”, publicado por Somos el 14/09/2020
"Alicia Maguiña: “Para mí lo primero que existe en la vida es el respeto”, publicado originalmente el 19 de noviembre del 2018 en Luces, de El Comercio.
“Alicia”, publicado en El Peruano el 25/1/2019
“Los valses ahora parecen una cosa muerta, sin energía”, publicado en La República el 26/01/2019