![](https://elcomercio.pe/resizer/v2/QW467GMSBJF55APG2KNH26IH7I.jpg?auth=131de7a643fc7511fdd45f8f32ad27f6591ddfd1b6e3e06d218092b7ff4f7965&width=1600&quality=75&smart=true)
Los coleccionistas de estampillas saben que estas, además de su fin utilitario, tienen la doble función de ser un registro informal de la historia de un país. En estos pequeños trozos de papel con bordes dentados hemos visto desde las caras de los gobernantes de turno, hasta fiestas populares, inauguraciones de obras emblemáticas, la conmemoración de hechos históricos y el registro de tradiciones que se han perdido en el tiempo. Un repaso de las distintas colecciones de los miembros del Círculo Amigos de la Filatelia, grupo que fue fundado en Lima en 1986, permite encontrarnos con el rostro de una ciudad de Lima joven y en permanente construcción.
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Acá está, por ejemplo, una estampilla emitida en 1938 en la que podemos apreciar una vista aérea de una irreconocible Plaza de Armas de Lima en una imagen que data de 1864. También hay otra, emitida en 1897, que celebraba la inauguración de un lugar emblemático del Centro de Lima: el Edificio de Correos, la hermosa obra de los arquitectos Emilio Pazo y Máximo Doig. El lugar, que hoy es la Casa de la Gastronomía Peruana, fue durante décadas la sede del servicio postal del país, así como el punto de confluencia espontáneo de una afición analógica que se resiste a morir, pese a la omnipresencia del correo electrónico.
![La antigua Casa de Correos en la estampilla. Al fondo, el mismo local, que hoy alberga la Casa de la Gastronomía peruana.](https://elcomercio.pe/resizer/fHtcHIS0yXgwEqXoUw_ijc1-awk=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/PBKYQI6QGVAQTOFF6GGRMZQE5M.jpg)
Sucede que la parte de atrás del edificio en cuestión, el llamado pasaje Piura o “de Correos”, fue el lugar en donde los primeros coleccionistas de estampillas del Perú solían juntarse para comprar nuevas especies, para conocerse y para poder intercambiar estas pequeñas “ventanas al pasado”, como las llaman ellos, conscientes de su fuerte valor testimonial.
![Las antiguas tradiciones de Lima, como las tapadas, en una serie de estampillas emitidas por la Exposición Peruana en Paris, en 1958.](https://elcomercio.pe/resizer/CTAyHKwEZH8stoFrxASQ-qKHEnA=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/JZSA76JEGZENZCTUPWPSYGWXTI.png)
Una rápida pesquisa en sus tesoros diminutos revela otros hallazgos interesantes, como la vista aérea del Parque de la Reserva, radicalmente distinto de lo que conocemos hoy como el Parque de las Aguas, en una estampilla emitida en 1949 para celebrar la organización del VI Congreso de la Unión Postal de las Américas y España.
![Antigua vista del Palacio de Gobierno y la Plaza de Armas, tal como eran en el Siglo XIX.](https://elcomercio.pe/resizer/pbaD1D5rOSQiId7uD6vw1fZsUXc=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/P6S3R5QFKZAILDIOYFDCNLMHMI.png)
Además, destacan las distintas series dedicadas a los monumentos de la ciudad, como la estatua de Manco Cápac en La Victoria, el mismo que fue entregado como obsequio por la comunidad japonesa al Estado Peruano por motivo del centenario de su independencia. Otra vista nos trae una visión aérea del Parque de los Proceres de la Independencia, en Lince, también conocido como el “Parque Matamula”.
![El monumento a Manco Capac fue donado por la comunidad japonesa por el centenario de la independencia. Se inauguró un abril de 1926, como indica la estampilla. Su primer lugar de ubicación fue la avenida Grau.](https://elcomercio.pe/resizer/cnByRGwtlat_I8onipCbe-RpUn8=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/CHHMMU6CLJFDLJNHFW4ORVHXSY.png)
![Por el Sesquicentenario de la indepedencia, en 1971, se emitió este sello con una vista al Parque Los Próceres, de Lince. El lugar es conocido con el nombre de "Parque Matamula" y desde hace unos años es la sede de La Feria del Libro de Lima.](https://elcomercio.pe/resizer/jPsMTc70iFw6tYJt_WdFcTpG99Y=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/XS6J43ZXABA5HBABFVKGGWVV7A.png)
“Nosotros vemos a las estampillas como pequeñas cápsulas del tiempo que atrapan una imagen del país y una visión de las personas que era relevan- te en el momento de su emisión”, dice Omar Carillo (46), ingeniero de sistemas y vicepresidente del Círculo Amigos de la Filatelia. Cuenta que solo tenía 15 años cuando empezó a juntarlas porque se trataba de una época anterior a Internet y las imágenes del mundo escaseaban. Con las estampillas y sellos, Carrillo sen- tía que podía viajar a otros mundos. Como filatelista, ha ganado premios internacionales por su serie de sellos dedicados a la maravilla de Machu Picchu.
![El Parque de la Reserva fue inaugurado en 1929, en homenaje a los reservistas que pelearon en la Guerra del Pacífico. Esta estampilla de 1949 nos lo muestra como era, antes de ser convertido en El Circuito Mágico del Agua, o "Parque de las Aguas".](https://elcomercio.pe/resizer/cRAsGIBknR9psVy5VFsgbTHnHrA=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/ULSTJ4ZI2RB3RHUCP5CCQU6F34.png)
Los filatelistas locales han llevado una existencia un poco errante en los últimos años, pues han sido despojados en muchas oportunidades de sus tradicionales lugares de reunión. El último fue el otrora hermoso patio del pasaje de Correos, recordado por sus vitrales, y que desde hace años está cerrado al público. Quienes los han acogido en los últimos tiempos son los hermanos del Convento de Santo Domingo, algunos de los cuales son filatelistas, y quienes les han cedido un ambiente de su museo para que puedan hacer exposiciones de sus hallazgos, como una dedicada a la Navidad.
![Exteriores del Convento de Santo Domingo, una de las primeras sedes de la Universidad Mayor de San Marcos. La estampilla fue emitida en 1951 por el IV centenario de dicha casa de estudios.](https://elcomercio.pe/resizer/hxuHpkxe5vvr5FnP44OG9-dTxbM=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/MGQV5CDO5NFGPAURSK7TZCIUIQ.jpg)
En el museo conocimos a Martín Oré (53 años), filatelista de otras épocas que tiene una bella colección de sellos postales sobre la reina de Inglaterra. La afición le entró de forma tardía, luego que heredara de su padre una cantidad importante de estampillas y se sintiera obligado a continuar su legado y esfuerzo.
![Emile Malpica (21), Omar Carillo (46), Martín Oré (53) y José Carlos Torres (24) son parte del Circulo Amigos de la Filatelia, una asociación fundada en los años ochenta para promover el coleccionsmo y estudio de las estampillas. (Foto: Elías Alfageme).](https://elcomercio.pe/resizer/MxDaHtBKzCgzMpPcA_rIiIB1dHI=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/SYCPAVQY35B5RF36YZFLY6JOKM.jpeg)
Pero también hay sangre joven, como para dar la contra a los que dicen que esta es una afición de “viejos”. Está Emile Malpica, de solo 21 años, que ha ganado medallas como coleccionista joven. Ingresó a la filatelia seria cuando tenía 12 años y esta le ha permitido cosas que no pensaba, como viajar fuera del país. También está José Carlos Torres (24), que nos recuerda al despedirnos que el mun- do pasa por una fiebre vintage que hace vol- ver todo. Si volvieron los discos de vinilo, ¿por qué no podría haber un renacer de un hobby como las estampillas? //