Mariano Vivanco (Lima, 1975), recuerda muy bien a los personajes peruanos que marcaron su niñez en la voz de su madre: Santa Rosa de Lima, Túpac Amaru, San Martín de Porres, Micaela Bastidas. “Viví en Lima hasta los 10 años, luego migré a Nueva Zelanda por el trabajo de mis padres. Sin embargo, el Perú siempre se quedó en mí. Fue creciendo conmigo a través de las historias que me contaba mi madre, de las mitologías peruanas que yo empecé a buscar curiosamente cuando fui creciendo”, evoca Vivanco, en diálogo exclusivo con Somos desde Nueva York.
El fotógrafo de raíces peruanas ha llegado a la Gran Manzana desde su hogar en Londres (donde eligió asentarse hace más de dos décadas), para el lanzamiento de su flamante proyecto, “Perú”, un libro que combina muy bien su pasión por la fotografía, el poder de la moda y la historia del país que lo vio nacer.
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Una creación que, además, no solo supone un viaje personal por las memorias de Vivanco, sino también un inigualable paseo por la herencia peruana para la mirada internacional, panorama en el que el fotógrafo destaca y bien es considerado como uno de los peruanos más populares y profesionales en capturar editoriales de moda.
“Yo no disparo por disparar. Cada proyecto está siempre bien enfocado y construido, así cada toma vale oro”, precisa Mariano sobre la forma de trabajo que lo ha llevado a la cúspide.
DE TALLA MUNDIAL
Hablar de fotografía peruana y no mencionar el legado de Mario Testino -hoy oscurecido por acusaciones de maltrato y abuso a colaboradores y modelos- es imposible. Aunque Vivanco prefiere no compararse, es inevitable no hacer un paralelo entre ambas trayectorias, pues aunque el nombre de Testino ha sido el más sonado por años, lo que ha cosechado Mariano tampoco es menor: ha retratado a figuras como Antonio Banderas, Rihanna, Penélope Cruz, Lady Gaga y Priyanka Chopra; trabajado para firmas como Dolce & Gabbana, Moschino y Chopard; y configurado portadas para Vogue, Dazed y Rolling Stone. Con tal trayectoria, Vivanco podría calificarse también como un fotógrafo peruano de impacto mundial, un talento que más personas deberían conocer.
“Los sueños grandes requieren también una fe mayor. Creo que eso es lo que me sigue impulsando en mi trabajo, la positividad de sacar todo adelante a pesar de las cosas que puedan salir diferentes en el camino”, reflexiona.
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De su prometedor futuro, la productora Lucero Boza apunta a que se trata de no solo del talento con que carga el peruano, sino también de su cercanía con aquel que pone delante del lente, de su humildad. “Él ha trabajado con muchas modelos y artistas del medio. Cindy Crawford, Bella Hadid, Gigi Hadid, Cara Delevigne, Rihanna han sido retratadas por él. Y todas lo aman, su energía se contagia. Siempre he escuchado cosas lindas de Mariano. Es una muy buena persona además de ser talentoso, lo que es importantísimo para destacar en el rubro”, precisa Boza, que también se encargó de la producción del libro de la mano de Vivanco.
Repasar sus memorias para configurar el libro “Perú” lo llevó también a recordar sus primeros pasos en la fotografía de moda. “Estaba destinado”, defiende, mientras recuerda al adolescente que amaba oír a Donna Summer, ver películas de Sophia Loren y admirar por horas las fotografías de Linda Evangelista en revistas glamorosas.
“Tenía 16 años cuando un amigo hizo un curso de fotografía que despertó mi curiosidad. Bastaron unas horas para no querer devolverle la Olympus viejita que prestaba para dar las clases”, comenta. “Deseaba tanto mi propia cámara que hoy uno de los recuerdos más lindos que guardo con mi padre es sobre eso. Él no era un hombre que solía comprarnos todo lo que queríamos, así que cuando me consiguió mi propia Olympus lo sentí muy real, muy emotivo”, agrega con nostalgia.
Distribuido por Rizzoli, el peruano Mariano Vivanco configuró el libro “Perú” como una carta de amor al país que lo vio nacer. Nuestro folclor se ve reflejado en cada página con historias que van desde las culturas precolombinas hasta personajes míticos y figuras religiosas. Para la portada, el fotógrafo eligió la postal de Juana Burga en la piel de la Dama de Cao, gobernante moche que fue descubierta en 2006. “Esa fotografía ilustra la necesidad de tener más líderes femeninas para un equilibrio global de energías”, expresa. Se puede adquirir vía Amazon.
Y SE LLAMA PERÚ
Cada fotografía del libro de Vivanco comprende horas de trabajo, esfuerzo y producción al detalle. Iquitos, Trujillo, Cusco y Lima son algunos de los destinos que visitó, escenarios que volvieron al pasado por unas horas para retratar la imagen viva de la Dama de Cao y Túpac Amaru, con trajes preparados a la medida siguiendo referencias históricas y de investigación.
“Una de las más impresionantes de hacer fue la Dama de Cao”, cuenta el fotógrafo, que eligió a la modelo top peruana Juana Burga para encarnar el papel. Ese día, 21 de enero de 2022 para ser precisos, todo fue mágico.
Posicionados en el Complejo Arqueológico El Brujo, en Trujillo, Burga se vistió de dorado y cubrió su cuerpo de tatuajes temporales que emulaban serpientes y arañas. Para la postal, acompañó además la compañía de teatro de la trujillana Sonia Rodríguez, que realizó una representación Moche elevando la atmósfera a un estado aún más inolvidable.
“No sé bien cómo describirlo, pero los pelos se me pusieron en punta. La energía era inigualable en el set. Ver a Juana con los bastones y al equipo teatral actuando mientras el viento del Valle de Moche golpeaba fue algo muy fuerte”, rescata Vivanco.
A la historia precolombina se suman también fotografías inspiradas en mitologías peruanas, relatos que han ido sobreviviendo de generación en generación como el encanto de las sirenas a los pescadores o el cuento del bufeo colorado. Para Mariano, no podía haber mejor sirena que la modelo y presentadora Natalie Vértiz. “Es una magnífica persona. Apenas le conté sobre el proyecto, se comprometió al 100%. Dejó crecer su cabello a lo largo para cubrir sus pechos y posó por una hora y media en una peña de Punta Negra de la manera más profesional”, dice. A la postal, se unieron también como sirenas las sobrinas del fotógrafo, Valentina y Máxima, y el modelo y esposo de Natalie, Yaco Eskenazi, como pescador.
“El resultado fue espléndido. Muchos piensan que usé Photoshop para el movimiento y colores del mar, pero no fue así. Cuando el sol empezó a bajar pensamos en irnos, pero me convencí de hacer un par de capturas más. El agua parecía una pintura cuando empecé a probar larga exposición. Mi corazón no paraba de latir fuerte y continué hasta conseguir la foto perfecta”, concluye.
Para Vértiz la experiencia fue igual de magnífica. Nunca olvidará el día que se puso en la piel de una sirena y los retos que aquello conllevó. “La cola pesaba más de 10 kilos. Para posicionarme en la roca, tuvieron que cargarme entre tres. Pero fue una sesión única y divertida. Trabajar con Mariano es todo un honor y me llena de orgullo formar parte de un libro maravilloso”, rescata la modelo en diálogo con Somos.
El trabajo de Mariano Vivanco viene dejando huella en el mundo. Su libro, “Perú”, ya ha sido presentado en Londres y Nueva York. Su próximo sueño es, por supuesto, hacer lo propio en tierra peruana. Después de todo, bastó solo una década de su vida para que el fotógrafo estableciera una conexión incomparable con su país natal, un vínculo que rebusca de vez en cuando entre memorias de niñez y personajes históricos, entre mitos y leyendas, o viajando para empaparse de nuestra esencia. Si la fotografía es su lenguaje, este libro es una declaración de amor a la tierra que más lo inspira. //