El azúcar es uno de los ingredientes con mayor presencia en nuestra alimentación. Lo encontramos tanto en frutas como en postres, zumos y productos industrializados.
El problema es que el romance que mantenemos con este alimento puede llegar a ser perjudicial para nuestra salud por varias razones que a continuación te explicamos.
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Nuestro organismo obtiene las calorías de los diferentes alimentos que ingerimos, entre ellos, de los azúcares. Las calorías son necesarias porque son el combustible que le aporta energía al cuerpo, lo que nos permite mantenernos en movimiento constante.
El problema viene cuando consumimos este ingrediente de más, pues el excedente no se elimina, sino que se acumula en nuestro cuerpo como reserva en forma de grasa. Y, como es bien sabido, el aumento de grasa corporal puede llevar a la obesidad.
La obesidad, a su vez, está relacionada con problemas de salud graves como diabetes (tipo 2), presión arterial alta, problemas cardíacos, accidentes cerebrovasculares, etc.
En la actualidad, la epidemia del sobrepeso y la obesidad afecta a unos 2.100 millones de personas en el planeta, casi un tercio de la población mundial, de las cuales 2,8 millones de personas fallecen por su causa.
La licenciada Claudia Serrano, nutricionista de la clínica Anglo Americana, explica a El Comercio que “la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda reducir el consumo de azúcares diarios a menos del 10% de la ingesta calórica total”.
Esto quiere decir que en una dieta para adultos basada en 2.000 calorías al día, a lo mucho 200 calorías tendrían que venir de los azúcares, el equivale a unas 7 cucharaditas de té. Esta cantidad de cucharaditas vienen a ser 50 gramos.
Para tener una idea, una lata de refresco azucarado tiene hasta 40 gramos, prácticamente el total de la cantidad recomendada al día. La pregunta es, ¿cuántos otros productos altos en azúcar consumimos al día?
En el caso de los niños la recomendación se reduce a 6 cucharaditas al día.
La OMS señala que si se quiere proporcionar beneficios adicionales para la salud, la cantidad debería quedar por debajo del 5% del aporte calórico (25 gramos).
Sin embargo, de acuerdo con la especialista, “el peruano ingiere en promedio más de 100 gramos al día, más del doble de lo recomendado”.
Según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes), más de 13 millones de peruanos mayores de 15 años presentan exceso de peso (obesidad y sobrepeso).
Serrano aclara que “el incremento no es exclusivo de los adultos, hoy también se puede evidenciar en la población infantil”.
En efecto, en el Perú la tasa de obesidad en menores de 5 a 9 años pasó de estar en 7,7% en 2008 a 19,3% en 2018, según datos del Observatorio de Nutrición y el Estudio de Sobrepeso y Obesidad citados por el portal Salud con lupa. Nuestro país es el que registra la más alta tasa de crecimiento de obesidad infantil de la región, de acuerdo al Centro Nacional de la Organización Panamericana de la Salud.
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La OMS habla de evitar los azúcares libres, con estos no solo se refiere a los refinados como el que se añade al café (sucrosa); también alude a la glucosa o la fructosa. Ya sea tanto si se trata de añadidos artificiales en bebidas refrescantes y todo tipo de alimentos procesados como a los azúcares naturalmente presentes en la miel, los jarabes y los concentrados de jugos de frutas.
Por otro lado, a algunas personas les podrá sorprender que también se restrinja el uso de zumo de fruta. La razón es que “cuando se obtiene el zumo de la fruta se deja de lado la fibra, que ayuda a disminuir el nivel del azúcar en el organismo”, explica Serrano.
Hace un mes entró en vigencia en el Perú el uso de octógonos de advertencia, los que deben ser puestos en los empaques de los productos industrializados con contenido alto en sodio, azúcar, grasas saturadas o grasas trans.
Esta medida intenta ayudar a combatir el problema de obesidad y otros males, pero es igualmente sustancial que cada uno de nosotros conozca la cantidad de azúcar que consume al día para así poder, si es el caso, reducir su ingesta. Estar al tanto de las tablas de contenido nutricional que tienen los alimentos que adquirimos también es importante.
Por último, Serrano aconseja tardar lo más posible en dar a los niños pequeños productos azucarados. En el caso de los adultos, una buena alternativa es sustituir el dulce del azúcar por edulcorantes (preferiblemente naturales, como la estevia).
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