La mayoría de peruanos ha observado con asombro e incredulidad el encarcelamiento del ex presidente del Perú Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia la semana pasada. Muchos deben haberse preguntado lo que siente un ser humano, que en menos de un año, baja de la cima del poder a la sima de una celda.
En este artículo ensayaremos explicar, desde el punto de vista de la ciencia, que mecanismos cerebrales permiten que el poder hace que un ser humano se sienta tan todopoderoso que crea estar por encima de todo y de todos, y como, la corrupción es consecuencia de un mecanismo cerebral que florece en un medio ambiente que la permite y la alienta.
En mayo del 2008, el político y médico británico Lord David Owen publicó un interesante libro titulado “En el poder y en la enfermedad: enfermedades de jefes de Estado y de Gobierno en los últimos cien años”. En esa obra, Owen no solo describe algunas de las enfermedades físicas sufridas por algunos presidentes a través de la historia, sino que hace una descripción de su perfil psicológico.
Posteriormente, en un artículo en la revista “Brain” en el 2009, y en el libro “El síndrome Hubris: Bush, Blair y la intoxicación del poder”, publicado en el 2011, Owen establece los elementos psiquiátricos del llamado síndrome de Hubris.
Al explicarlo, Owen afirma que políticos y personas en posición de poder pueden desarrollar un conjunto de comportamientos que “tienen el tufillo de la inestabilidad mental”.
Si quieres saber más sobre el Síndrome Hubris, sigue leyendo el más reciente post del blog Cuida tu salud, del doctor Elmer Huerta.