El hombre ha buscado por décadas vida extraterrestre. (Ilustración: Giovanni Tazza)
El hombre ha buscado por décadas vida extraterrestre. (Ilustración: Giovanni Tazza)
Diego Suárez Bosleman

“Una nave pasó por la Tierra y tú ni te diste cuenta”. “Misteriosa roca espacial con forma de cigarro podría ser una nave alienígena”. Ayer, Internet estuvo repleto de este tipo de noticias. El motivo: un estudio de dos investigadores de la Universidad de Harvard indicaba que el asteroide Oumuamua podría ser un vehículo espacial.

La hipótesis fue desacreditada rápidamente al no presentar evidencias de ningún tipo. Sin embargo, trae nuevamente incógnitas sobre la existencia de seres inteligentes fuera de la Tierra. Analicemos que dice la ciencia al respecto.

–POLÉMICAS–
No es la primera vez que ocurre algo así. En el 2015, gracias a observaciones del telescopio espacial Kepler, se reveló que en dos ocasiones la estrella KIC 8462852 –ubicada entre las constelaciones Cygnus y Lyra– disminuyó momentáneamente su brillo entre 15% y 20%. Usualmente esa clase de reducción se da por el paso de un planeta, pero supone un oscurecimiento de solo un 1%.

Especialistas propusieron que la causa de esa oscilación podría ser una esfera de Dyson, hipotética instalación de gran tamaño que sirve para captar energía de una estrella. No obstante, y luego de dos años de investigación, la especialista Tabetha Boyajian concluyó que el extraño comportamiento de la estrella se debía al movimiento de una enorme nube de polvo, producto del choque de dos cometas o el quiebre de uno solo. Asimismo, se indicó que los cambios en el brillo de la estrella (cuatro hasta la fecha) se detectaron en distintas longitudes de onda. Si la luz hubiese sido tapada por un enorme objeto sólido, todas las longitudes de onda se habrían bloqueado al mismo tiempo.

Respecto al caso del asteroide Oumuamua, un equipo dirigido por el astrónomo Marco Micheli encontró que la excesiva velocidad con la que viaja dicho objeto –uno de los principales motivos para justificar la hipótesis de la nave – era provocada por la liberación en forma de gas del material en su superficie.

–¿HAY ALGUIEN AHÍ?–
Estos dos acontecimientos no son las pruebas de vida inteligente que uno desearía, y puede que tal vez no lleguen. Es por eso que la ciencia ha tratado de explicar este ‘silencio alienígena’ a través de diversos estudios, uno de ellos presenta el efecto del gorila cósmico.

Este trabajo está basado en una prueba para niños, la cual indica que un menor va a estar tan enfocado en ver el bote de una pelota que no se dará cuenta de que atrás hay un hombre disfrazado de gorila cruzando la calle. Siguiendo esta idea, el efecto del gorila cósmico plantea que no se está buscando de forma adecuada. Es decir, se busca vida inteligente desde el concepto clásico que se tiene de ella, limitado por nuestra visión del mundo que nos rodea.

“Cuando pensamos en otros seres inteligentes tendemos a verlos desde nuestro tamiz perceptivo y de consciencia; sin embargo, estamos limitados por nuestra visión sui géneris del mundo, y nos cuesta admitirlo”, señala el neuropsicólogo Gabriel de la Torre.

De acuerdo al experto, se deben considerar otras posibilidades más allá de una vida inteligente similar a la humana; por ejemplo, “seres de dimensiones que nuestra mente no llega a captar; o inteligencias basadas en formas de materia o energía oscuras, que constituyen casi el 95% del universo y que apenas comenzamos a vislumbrar. Incluso existe la posibilidad de que haya otros universos, como indican los textos de Stephen Hawking”.

Otra teoría, propuesta por el investigador Aditya Chopra, sostiene que puede que los alienígenas se hayan extinguido debido a que la vida en sus planetas acabó rápido a causa de un calentamiento o un enfriamiento desbocado. Chopra opina que “la vida temprana es frágil, por lo que rara vez evoluciona con la suficiente rapidez para sobrevivir”.

Sea como sea, los intentos por contactar y descubrir otras formas de vida se mantienen. Prueba de ello son proyectos como el SETI, en el cual participan millones de personas.

ANTIGUAS HIPÓTESIS
Censo cósmico. En el siglo XIX, el escocés Thomas Dick calculó la cantidad de extraterrestres dentro del sistema solar. Concluyó que tenía 22 billones de habitantes. Llegó a esa cifra con la idea de que la densidad poblacional fuera de la Tierra era la misma que en Inglaterra. Entonces, al ser Júpiter el planeta más grande, tendría mayor población.

Descripción marciana. De acuerdo al portal BBC,en la década de 1870, el astrónomo William Herschel, descubridor del planeta Urano,especuló que los habitantes de Marte serían mucho más altos que los seres humanos, ya que el planeta rojo al ser más pequeño que la Tierra sería poseedor de una menor gravedad.

Niveles de inteligencia. El filoso alemán Immanuel Kant concluyó, a través de la relación inversa entre la densidad planetaria y la altura orbital, que cuanto más lejos está una forma inteligente del Sol, menos materia inhibe el desarrollo de su racionalidad. Según esa visión, los seres más racionales serían los habitantes de Saturno.

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