Peter Arévalo maneja su vida en base a emociones e instintos. En “El Gran Chef: famosos 2” siempre está expectante y cauteloso. Es rebelde, contestatario, independiente y seguro de sí mismo. Adquirió de su mamá, que era cocinera, el amor por la gastronomía. Por ello, formar parte del sintonizado espacio de Latina, más que un reto, es una oportunidad de rendirle homenaje.
“Mi madre se ganaba la vida cocinando en las casas de la familia Chang y de las señoras Bertha y Pilar, en Lince. Y cuando pasamos a vivir a San Martín de Porres vendía menú en el mercado de Caquetá. Mis hermanos y yo crecimos viéndola cocinar guiso de espinacas, trigo con queso.... La sopa de huevos y el fideo sancochado con mantequilla eran manjares para mí. Por eso, independientemente de si gane o no, mi participación en el programa es un homenaje a ella”, asegura el popular Mr. Peet.
"Lo asumo como una oportunidad de rendirle homenaje a mi madre. Soy un hombre bendecido porque en los escenarios deportivos en los que me muevo, le rindo homenaje a mi padre"
─¿Cómo llegas al programa?
Los de la producción se contactaron primero con mi hija porque ella estudia Ciencias de la Comunicación con un muchacho que trabaja en el “El Gran Chef”. Nunca había visto el programa porque a esa hora tengo ”A presión”, igual acepté reunirme con la productora, Anita Roca Rey. Y lo primero que le dije fue que soy tal cual me ven en redes. Me respondió que -precisamente- por eso me estaban convocando.
─¿Lo asumes como un reto?
Lo asumo como una oportunidad de rendirle homenaje a mi madre. Soy un hombre bendecido porque en los escenarios deportivos en los que me muevo, le rindo homenaje a mi padre.
─¿Cómo ve tu mamá tu desempeño en “En el Gran Chef: famosos 2″?
Se emociona tanto que hasta llora. La verdad es que somos muy pasionales. El llanto no nos avergüenza. Cuando me llama por la noche, me dice: “Hijito, cómo se te va a quemar el aguadito” (risas). Me aconseja que le baje el fuego a la cocina y que no reaccione como lo hago. Mi mamá está feliz con lo que hago, pero ella quería que estudie medicina. Recuerdo que le decía que iba a ser médico para curarle sus várices, luego le pedía que me deje jugar fútbol porque mi sueño era ser futbolista.
─¿Por qué no perseguiste tu sueño?
Porque a los 11 años me atropelló la Enatru Perú, terminé con las piernas destrozadas. Mi madre lloraba cuando me estaban llevando al hospital. Creía que no volvería a caminar.
Entre triunfos y sentencias
─En una de las ediciones del programa comentaste que ya no confiabas en tu paladar, que no sabes qué está bien y qué está mal. Se te notó frustrado.
Que el jurado me diga que a mis fetuccinis les faltó sal, me pareció injusto porque los probé y estaban en su punto de sal. Realmente, me sentí frustrado.
─¿Cómo recibiste el comentario de Giacomo Bocchio, quien te dijo que no te confundas porque estás en su cancha?
Entiendo que al ser un reality estás expuesto a este tipo de situaciones. Giacomo es un tipazo, es muy buena persona. Esto sonó más a un reto que a un ataque. Y en el fondo tiene razón porque es su cancha. No me molestó.
─El jurado siente que eres rebelde. ¿Lo eres?
Entiendo y acepto que sientan eso, porque me piden que pele con el pelador de papas y no lo uso porque no sé usarlo. Dicen que no sé escuchar porque hice humitas un poco grandes y no pequeñas como me pidieron. También me piden que escriba la receta, pero no lo hago porque es un tema que tengo desde el colegio. Nunca copié las tareas porque confío en mi memoria. Tampoco soy soberbio.
─No escribes las recetas, pero en el programa siempre apareces en las distintas estaciones detrás del jurado escuchando y escribiendo en tu libreta. ¿Por qué lo haces?
Forma parte de la escena de una película famosísima, “Forrest Gump”. Cuando el protagonista (Tom Hanks) aparece en la ceremonia de juramentación de John F. Kennedy. Al principio lo hice con mucho temor porque pensé que me llamarían la atención, pero como todos se reían y Peláez lo comentaba, continúo haciéndolo.
─¿Qué escribes en tu libreta?
Apunto todos los comentarios del jurado. Si son positivos, les pongo un check. A los negativos, les pongo equis. Voy comparando y cuando creo que voy a ganar, lo digo. Jimmy Santi pensó que con esto le estaba faltando el respeto al jurado y tiene razón. Intentaré regularme un poquito.
─¿Y es verdad que en esa libreta también tienes una lista negra del jurado?
(Ríe) Así es. Me inspiré en la libreta del famoso narcotraficante Pablo Escobar. Siempre preguntaba: “¿Cómo te llamas?”. Luego ya saben lo que pasaba.
─¿Por qué siempre que empieza una competencia aseguras que ganarás? ¿Forma parte de una estrategia?
Lo hago porque estoy seguro de que así será y porque -de alguna forma- traslado presión a los rivales. No nos olvidemos que todos buscamos ganar.
─¿El Peter Arévalo de “El Gran Chef” es un personaje?
Para nada. Soy el mejor amigo, pero cuando tengo que poner mano dura, la pongo. Tengo un humor medio extraño. Puedo mirarte mal y estoy seguro que te vas a reír. Yo soy tal cual me ven en el programa.
─Tus fans han advertido que si te eliminan se irá media audiencia. ¿Crees que eso pase?
Me sorprende la reacción de la gente. Muchos chicos y amas de casa me escriben diciéndome que no me puedo ir. No sé si pasará. Me emociona mucho porque yo no muevo un solo dedo en redes ni pido que se manifiesten de esa forma. El otro día en un restaurante una familia me dijo que tengo que ganar porque represento a los combatientes. Hay gente que me sigue desde “Combate”. Es sorprendente.
─¿Es verdad que el siguiente paso será ser jurado?
Alguien me dijo que tranquilamente puedo ser el cuarto jurado porque cocino con terno. Entonces, bromeé con eso y el jurado Javier Masías parece que se picó porque me dijo que me iría antes que él.
─¿Por qué en una edición cambiaste el terno por ropa deportiva?
Porque tengo solo cinco ternos, y ese era el día siete u ocho de la competencia. Los tuve que mandar a la lavandería. Para no volver a pasar por eso buscaré canje o iré a Gamarra a buscar ternos a precio de fábrica (Ríe).
─¿Esperas ganar la competencia?
Primero, espero mantenerme en la competencia para llevar a mi hijo de 8 años como refuerzo espiritual. Y, finalmente, ganar para llevarle el trofeo a mi madre.
─¿Todavía quieres ser presidente del Perú?
Claro que sí. No soy político, no me gusta la política como tal, pero quisiera ser presidente para hacer que los todos los recursos lleguen a los más olvidados de nuestro país.