“Oye mamá, ¿por qué no preparamos un almuerzo para los serenos el día de mañana?” preguntó el diseñador de moda Genaro Rivas a su mamá durante un desayuno de sábado en el mes de abril. ¿Cómo nació la idea? Pues, al día siguiente era domingo de Ramos y su mamá, es una ferviente mujer católica. “¡Ya! Perfecto” Respondió ella. Minutos después, Rivas se comunicaría con Marlene Molero, (CEO de Genderlab) compañera que vive en el mismo piso de su edificio – con quien turna las compras de alimentos – para encargarle seis kilos de carne molida, entre 7 y 8 kilos de spaghetti, muchas cebollas e igual cantidad de tomates. ¿Qué vas a hacer con todo esto? Le dijo extrañada. Genaro solo sonrió. Así comienza la historia.
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No es la primera vez que Genaro Rivas destaca por su labor humanitaria e iniciativas de reciprocidad con la comunidad. Quizás, una de sus propuestas más conocidas fue la bautizada como “Peruano Abriga a Peruano”, mediante la cual recolectó donaciones para las personas afectadas por el friaje en los años 2018 y 2019, apoyando a localidades como el departamento de Cusco.
En el marco de la pandemia por coronavirus en el país, el mantra “dar es mejor que recibir” no podía detenerse en la vida del modisto, así que cambió su estudio de costura por la cocina de su hogar para brindar alimento a aquellos que en plena emergencia salen a las calles para velar por nuestra integridad.
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Lo que empezó como una aventura de dos fines de semana (domingo de ramos y domingo de resurrección) junto a su mamá y algunos amigos, pasó a ser un compromiso a largo plazo con el que muchos se encuentran agradecidos. Genaro Rivas compartió el proceso en esta entrevista exclusiva para El Comercio.
¿Cómo fue que se te ocurrió crear la iniciativa de ‘Almuerzos Solidarios’?
Nació un día como hoy, un sábado antes del domingo de ramos. Estaba desayunando con mi mamá y le dije: ¿por qué no hacemos mañana un almuerzo para los serenos? Ella me dijo que era una buena idea. Mi mamá es una mujer súper católica, así que me dijo: ¡ya!, perfecto, hagámoslo. Elegimos cocinar tallarines a la boloñesa.
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¿Y, a quienes iban a regalar esos almuerzos?
Luego de coordinar con una amiga que vive en el mismo piso que yo (y con quien nos turnamos las compras) lo que necesitaba que compre para cocinar los tallarines, me comuniqué con Diego, un amigo que con el paso del tiempo también se volvió una pieza importante en el desarrollo de los almuerzos. Él ha sido el brazo articulador con el cual hemos podido lograr el contacto con la gente del serenazgo de Barranco. Ese día lo llamé y le pregunté cuántos serenos había el domingo en el turno de la tarde. Me dijo que más o menos 50 o 55, y a ello le sumamos unas 10 personas más que eran trabajadores de limpieza. Luego le dije que le preguntaba todo eso porque les íbamos a preparar almuerzos. Se emocionó.
¿En quienes más te apoyaste para lograr esto con éxito?
Además de mi vecina y Diego, fue importante el apoyo de las personas que me siguen en redes. Ese sábado tú me veías haciendo historias por Instagram diciendo ‘necesitamos recipientes de plástico’ y al ratito me empezaban a escribir ¡yo te mando! ¡Yo tengo! Siempre invocándole a la gente que no sea un esfuerzo adicional, que si los tienes en casa y vives cerca de Barranco o en Barranco colabores. Había que evitar una inmovilización innecesaria. Así fue como fueron llegando los envases, los cubiertos.
¡Cómo fue tu primera vez cocinando para tantas personas!
Por la noche nos veías a mí y a mi mami picando la cebolla, el tomate, preparando la salsa, para al día siguiente ocuparnos de los tallarines, y empezar a servir las raciones del almuerzo. En verdad, fue una tarea titánica servir 66 almuerzos cuando uno está acostumbrado a cocinar para máximo 10 personas. Otra cosa es cocinar para 60. Además, en el camino, hemos ido subiendo más la meta, llegando a preparar hasta a 75 almuerzos en un día, incluso hubo un par de días en los que dimos 85. El esfuerzo vale la pena, es un acto muy gratificante.
¿Qué comidas han preparado hasta hoy?
Hemos hecho tilapia en salsa blanca, tallarines rojos, tallarines verdes, tallarines a la huancaína, arroz con lentejas, carapulcra, ají de atún, ají de gallina, hamburguesas con papas al horno… y en cuanto a postres, hemos tenido el apoyo de Ku Artisan Baker (@ku_artisanbaker), de mi amiga Patty Ku, que nos ha brindado brownies y tortas de chocolate e Hipólita (@hipolita.pe), emprendimiento de mi otra vecina, que también nos apoyó con postres varios días.
¿Qué es lo más gratificante que has adquirido con esta experiencia?
A lo largo de la iniciativa me di cuenta que es importante contar con el apoyo de las personas y emprendedores. Si te das cuenta, ellos están haciendo algo más en un momento que es complicado absolutamente para todos. Este será un año complicado para muchos, un año duro y triste también. Pero sirve también para aprender más del sentido de comunidad que estábamos perdiendo. Valorar a la familia, agradecer el tener la oportunidad de estar pasando la cuarentena tranquilos, y rescatar el valor de personas que velan por nosotros en las calles, por ejemplo las Fuerzas Armadas.
Se viene una segunda etapa de este proyecto…
Sí, tuvimos que parar por unas semanas debido a un tema personal. Pero a mediados de la próxima semana esperamos poder arrancar con la segunda etapa de almuerzos solidarios, estamos mapeando un lugar más grande ya que mi cocina ya quedó chica (risas). Además, ahora el proyecto tendrá todo un plan de empoderamiento detrás, pues incluirá distintos emprendimientos femeninos, y se sumará una parte textil a la parte gastronómica de donde partimos.
¿Cuál es el objetivo?
Hemos coordinado más esfuerzos con la municipalidad ya que queremos duplicar la cantidad de almuerzos y hacer que mujeres que antes tenían ingresos cocinando ahora tengan un ingreso preparando estos almuerzos. Eso es por un lado. En la arista textil, estamos incluyendo a mujeres que tenían algún puesto de costura aquí en Barranco, para que comiencen a coser mascarillas y equipos de protección para la gente. Así, impulsamos una suerte de reactivación económica zonal, que es un poco el objetivo del proyecto. No se trata solamente de ayudar por ayudar, sino de ayudar y aportar, por más chiquito que sea, a la reactivación de la economía de varias familias trabajadoras.
¿Invitarías a más personas a replicar esta iniciativa?
Claro, otro objetivo es que esto también sea una iniciativa replicable en otros distritos, ya que muchos podemos apoyar desde el aislamiento social, sumando un pequeño impulso a quienes salen a la calle para velar por nosotros. Esto es solo un reflejo de lo mínimo que hay que hacer en estas circunstancias, que es voltear a consumir local. Hay que mantenernos más unidos que nunca como país, pensando que en grupo se pueden desarrollar buenas estrategias, dejando egos y cosas negativas atrás. Saldremos adelante si nos apoyamos unos a otros.
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