Cada vez solemos escuchar más de los ataques de pánico y ataques de ansiedad, y aunque muchos suelen utilizar estos términos para referirse a lo mismo, en realidad son problemas distintos. En esta nota te contamos sobre las diferencias para tener una mejor comprensión de cada uno.
Se denomina ataque de ansiedad a la reacción intensa que surge de un agente estresante o una preocupación concreta. Esto origina un periodo de ansiedad que puede prolongarse por horas, días e incluso semanas.
Entre los síntomas de un ataque de ansiedad están: las dificultades para concentrarse, inquietud, nerviosismo, irritabilidad y problemas de sueño.
Por su parte, el ataque de pánico surge cuando no existe un peligro real o causa aparente. Esto ocurre bajo una presión extrema o una desmedida acumulación de estrés. Un ataque de pánico puede ocurrirle a cualquiera, pero tener más de uno podría indicar un diagnóstico de trastorno de pánico.
Los síntomas que caracterizan un ataque de pánico son: miedo a morir, dificultad para respirar, sudoración, molestias en el pecho, escalofríos, entumecimiento y hormigueo, desrealización o despersonalización.
¿Cuáles son las principales diferencias?
- Los ataques de pánico ocurren sin ningún desencadenante. Sin embargo, los ataques de ansiedad tienen una causa que podemos identificar.
- Los síntomas de un ataque de pánico son intensos. En un ataque de ansiedad, la intensidad de los síntomas puede variar.
- Los ataques de pánico aparecen de forma repentina. Por su parte, los síntomas de ansiedad presentan otra evolución, suelen ir de menos a más en cuestión de horas o días.
- Los ataques de pánico pueden desaparecer en minutos, mientras que los ataques de ansiedad pueden prolongarse en el tiempo.