Un calambre muscular, también llamado espasmo muscular, ocurre cuando un músculo se contrae o se pone en tensión de forma involuntaria. Suele relacionarse más con los deportistas o personas mayores, pero en realidad cualquier persona los puede sufrir.
En la mayoría de los casos, los calambres no son nocivos para la salud. Por lo general, ocurren después de hacer ejercicio y por la noche; y suelen durar desde unos segundos hasta minutos. Sin embargo, este intenso dolor se puede aliviar e incluso prevenir.
¿Quienes tienen mayor riesgo de sufrirlos?
Personas mayores. La edad es un factor de riesgo, ya que con el paso de los años los músculos tienden a perder consistencia, lo que genera que adultos mayores tengan músculos sobre exigidos.
Deportistas. Cuando se practica un deporte de forma intensa en sitios con altas temperaturas, es normal sufrir deshidratación, lo que puede provocar calambres musculares durante o después de la actividad física.
Mujeres embarazadas. La retención de líquidos, la sobrecarga de peso y la compresión de los nervios que puede haber durante el embarazo son factores que por lo general provocan calambres musculares que se dan especialmente por la noche.
¿Qué puedo hacer para prevenirlo?
1. No olvides hidratarte. Beber la cantidad suficiente de agua durante todo el día puede evitar la deshidratación, lo que hará que tu organismo trabaje como corresponde. Además, ayuda a que los músculos se contraigan y relajen con más facilidad.
2. Realiza estiramientos. Ya sea que practiques deporte o no, debes estirar los músculos una vez al día. Esto evitará que surjan dolores musculares y calambres.
3. Haz actividad física. Aunque sea solo una pequeña caminata, hacer un poco de ejercicio es suficiente para evitar calambres. No olvides estirar al terminar el ejercicio.
4. Usa un calzado correcto. Usar zapatos que te ofrecen buen apoyo podría ayudar a prevenir los calambres en las piernas, ya que muchas veces aparecen por una pisada incorrecta.
5. Mantén una buena alimentación. Elige alimentos que contengan potasio, como el plátano, y magnesio.