Sin lugar a duda, la tecnología es un elemento clave para la medicina, ya que se ha visto beneficiada, en gran medida, por los nuevos avances que permiten una mayor eficacia y rapidez en las prácticas médicas. En definitiva, gracias al desarrollo de las diversas herramientas y métodos, se ha evidenciado un aumento de la accesibilidad a la asistencia médica, así también como un incremento de la esperanza y calidad de vida de las personas. Es fundamental, enfocar los esfuerzos tecnológicos en aquellas afecciones que tienen un impacto importante en la salud mundial, como es el caso de las enfermedades cardiovasculares, pues son consideradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la principal causa de defunción, por lo que estiman que 17,9 millones de personas pierden la vida cada año.
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