Cayó parado
Justamente se trataría de una derrota demasiado dolorosa si a raíz de ella Alianza hubiese quedado fuera de la Copa Libertadores o con escalofríos. No encontraría explicación a que la buena disposición defensiva del equipo se haya venido abajo en el minuto 94 frente al desesperado campeón de América que solo pudo vencer de un tiro penal de su fatigado capitán Juan Sebastián Verón y su grito final, parecido al de Martín Palermo cuando venció a Perú en las últimas Eliminatorias y puso a su país -casi- en la Copa del Mundo.
[Niembro alabando la cuantiosa presencia blanquiazul en cancha argentina, la mano de Sosa y el gol de penal de Verón]
La pregunta es ¿qué equipo será el que le toque a Alianza en los octavos de final? La derrota de ayer le evitó enfrentar a un mexicano, aunque podría tocar otro como Chivas, ‘U’ de Chile, Nacional de Uruguay, Deportivo Quito… en realidad es imposible a aventurarse a dar un pronóstico porque hoy y mañana pueden darse todo tipo de resultados.
Pero la molestia de haber caído en el minuto final ante Estudiantes no debería precipitar la crítica destructiva que solo en algunos sectores de nuestro país aparece. La transmisión televisiva de ayer mostraba a periodistas extranjeros convencidos de que este equipo puede ser la sorpresa de la Copa, aunque no conozcan verdaderos detalles de la interna del club y sus deficiencias en el torneo local.
La única gran verdad es que Alianza ha dado un gran paso en esta competencia y fue a Argentina a jugar con personalidad y a mostrar un libreto que pocos creían que lograría aprender; el de defender con orden y a pesar de pasar apremios evidentes al estar frente a un gran equipo, el dibujo de Costas en la cancha funcionó, salvo el error individual del paraguayo Vidal Sosa y su ocurrencia de meter la mano en la última jugada del partido.
Fueron contadas las jugadas de riesgo que generó Alianza, pero concebidas desde la pizarra del entrenador, como el pelotazo que llegó a Aguirre y se las tuvo que ingeniar solo frente a tres argentinos en el primer tiempo, y su zurdazo desde el borde del área se fue por poco. También el tiro libre de Quinteros que obligó al golero Orión a estirarse para echarla fuera.
En la segunda etapa Aguirre ocasionó dos jugadas más de peligro, siempre recostado por el sector del pelado Clemente Rodríguez y en una logró llegar a la raya final y sacar un centro para ‘Zlatan’ que llegó a ganarle a Angelleri, pero sin precisión para embocarla. Y la más clara que hizo el ‘Zorrito’ fue la de llegar con velocidad tras un despeje que encontró mal parado a Estudiantes, le picó la pelota a Orión -hasta ahí el gesto técnico fue extraordinario- y apurado por el cierre que llegaba con carácter criminal de Cellay tocó la bola y falló. Hubiese coronado su actuación con un golazo para poner en un marco y como ejemplo de lo que es un contragolpe.
Más allá de la expulsión de Vílchez o la absurda mano de Vidal Sosa, creo que Alianza respondió ante la exigencia de estar frente a un rival de primera categoría. El destino dirá si fue mejor quedar segundos que primeros o viceversa de acuerdo al rival que resulte en las próximas horas para jugar los octavos de final. Por mi lado, me queda la sensación de que el equipo está para competir contra cualquier club del continente, ganar, empatar o perder, pero demuestra que no renuncia al gol y que puede defender con oficio. Y que hace justicia a todo lo que hemos visto de Alianza en esta Copa Libertadores.