Devoción a prueba en procesión a la Santísima Virgen de Cocharcas
Por: Celeste Cosquillo Lavado
Imagen: Elizabeth Ita Vejarano
Corresponsales Escolares
I. E. PNP CAP “Jorge Cieza Lachos”
Cuentan los pobladores de Sapallanga que hace mucho tiempo, en esta cuidad, se les presentó a tres niños una hermosa virgen. Al enterarse el pueblo de aquella aparición trató de llevarla hacia la iglesia de Huancayo, pero gran sorpresa se llevaron al darse cuenta que la imagen era imposible de mover. Entonces realizaron una gran fiesta en su honor, en donde participaron muchos devotos y jóvenes danzantes; narran que la virgencita se alegró mucho al ver la celebración, y que su satisfacción aumentó al observar a un grupo de niños danzantes bailando a sus pies. Este hecho hizo que se construyera en aquel lugar un santuario con el mismo nombre de la imagen: Santísima Virgen de Cocharcas.
Del 7 al 13 de septiembre en Sapallanga, a 7 Km. de Huancayo, se realizó la fiesta patronal de la Santísima Virgen de Cocharcas, a ésta asistieron fieles de distintos departamentos del Perú. La procesión central se realizó el 8, y contó con el acompañamiento de grupos de danzantes y bandas. Durante toda la semana se presenciaron diversas ferias de comida, en donde los visitantes pudieron degustar diferentes platos típicos entre los que figuraron; la pachamanca, el cuy chactado, la patasca, el chicharrón, el carnero al palo, entre otros.
La Chonguinada, la Tunandata, danzas típicas del lugar, así como la Diablada puneña y la Saya puneña, cada una con su banda, acompañaron a la venerada imagen en todo su recorrido, también al pie del santuario, y en el pasacalle. Coloridos ramos de flores fueron colocados desde tempranas horas en el frontis de éste por los lugareños y pasantes, quiénes rezaron con mucha devoción pidiendo por sus intenciones. El piso circundante fue cubierto por velas “que guardan” las silenciosas peticiones de los asistentes a este multitudinario evento.
“Después de que me casé, hace 53 años, mi esposo y yo decidimos visitar Sapallanga y le prometimos a la Santísima Virgen de Cocharcas que vendríamos a verla; pero por diversos motivos no pudimos cumplir. A la semana siguiente, durante un mes, mi esposo y yo caímos enfermos, postrados en cama por un dolor intenso; le rezamos y ahora vengo a cumplir mi palabra a la virgen, orarle y regalarle flores, mostrándole mi fe, acompañada de mis nietas.”, comentó Virginia Romero, devota fiel de la virgen.
Un momento especial esperado por los visitantes fue cuando, al finalizar esta fiesta después de hacer una larga fila, recibieron hermosas flores las que fueron regaladas a la virgen por los devotos. Después les fue colocado, en la cabeza, un manto y ellos recibieron las bendiciones a cargo de una niña designada para esta labor.