La vida sexual después de un infarto cardíaco
Uno de los temores más frecuentes en hombres y mujeres que son dados de alta del hospital después de haber sufrido un infarto cardíaco es el que se refiere al reinicio de la actividad sexual. El superviviente no solo tiene temor de que se le pueda repetir el ataque durante el acto sexual, sino que teme también que si eso sucede, su pareja vaya a sufrir un trauma emocional intenso e imborrable.
De acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta (CDC), cada año, 720.000 personas sufren un ataque cardíaco en los Estados Unidos, de los cuales 515.000 son primeros ataques y 205.000 son ataques repetidos. Por su parte, la Asociación Norteamericana del Corazón calcula que cada 44 segundos, una persona sufre un infarto cardíaco en los Estados Unidos y que el 4.2% de hombres ha sufrido un ataque cardíaco en su vida, comparado con 1.7% de las mujeres. La edad promedio de un infarto cardíaco en el hombre es de casi 65 años y en la mujer, de 72 años. La enfermedad es menos frecuente en personas Latinas que en Anglosajones o Afro Americanas y se calcula que aproximadamente 95% de los pacientes `que llega al hospital con el tipo más grave de infarto cardíaco, logra sobrevivir.
Considerando entonces que el infarto cardíaco es una enfermedad tan frecuente y que tiene un gran porcentaje de supervivencia, el impacto que tiene esta enfermedad sobre la calidad de vida de la persona que regresa a casa es enorme.
En ese sentido, sabiendo que la actividad sexual implica un nivel de actividad física de variable intensidad, uno de los temores más frecuentes que tienen las personas que salen de alta del hospital después de sufrir un infarto cardiaco es el reiniciar sus relaciones sexuales. El hombre o la mujer, no solo tiene miedo que se le pueda repetir el ataque durante el acto sexual, sino que teme también que si eso le ocurre en brazos de su pareja, esta vaya a sufrir un trauma emocional imborrable.
Lo cierto es que la Posición Científica de la Asociación Norteamericana del Corazón con respecto al reinicio de la actividad sexual después de un infarto cardíaco, y publicada en el año 2012, revela que menos del 1% de los ataques cardíacos iniciales se producen durante o inmediatamente después de una relación sexual. Por otro lado, un estudio de la Universidad de Harvard del 2009, encontró que solo el 0,9% de los segundos infartos se produjeron después de una relación sexual y que estos eventos fueron menos frecuentes incluso si la persona hacia ejercicio diario. Los investigadores calcularon también que el riesgo de tener un infarto para una persona aparentemente saludable es de uno en un millón de relaciones sexuales. De tal modo que si la posibilidad de tener un primer infarto cardíaco durante una relación sexual es minúscula, es también felizmente poco frecuente que ocurra después de un ataque cardíaco.
Si las estadísticas son tan favorables, lo esperable es entonces que entre las varias indicaciones que los cardiólogos le dan a sus asustados pacientes al momento del alta, figure muy prominentemente un consejo muy optimista relacionado al reinicio de la vida sexual.
Lamentablemente la realidad está muy lejos de esa expectativa. Un estudio multihospitalario norteamericano del año 2010, hecho en personas mayores (edad promedio del infarto en el hombre fue de 58 años y de 61 años en la mujer), encontró que solo uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres recibió alguna recomendación de su cardiólogo relacionada al reinicio de su vida sexual. El mismo estudio reafirmó que las relaciones sexuales no afectaron la mortalidad de los pacientes que reiniciaron su vida sexual después de salir del hospital.
Por otro lado, otro estudio del 2014, hecho con pacientes norteamericanos y españoles jóvenes, un mes después de haber salido de alta por un infarto, no solamente confirma que las personas que salen de alta después del infarto no reciben indicaciones médicas sobre su futura vida sexual sino que aquellos pocos que la reciben, reciben un mensaje equivocado.
En este estudio, que entrevistó a pacientes de 127 hospitales norteamericanos y españoles entre 18 y 55 años de edad (20% de todos los infartos), se vio que a pesar de que la mayoría de entrevistados dijo que era apropiado que el doctor les hable de su vida sexual en el momento del alta, solo uno de cada cinco hombres y una de cada 8 mujeres recibió algún tipo de consejería médica acerca del reinicio de su vida sexual. Mientras que en los Estados Unidos, fue el paciente fue quien inició el diálogo, en España, fue el doctor.
Lo llamativo fue que el 68% de los pacientes dados de alta y que dijo haber recibido indicaciones de su médico, recibió recomendaciones equivocadas pues dijeron que el doctor les recomendó ser muy cuidadosos y que limiten su vida sexual, que sean pasivos en el acto y que traten de que su corazón “no se exija demasiado”.
Es posible que esa sea la razón por la cual, un mes después de haber salido de alta, tanto en los pacientes norteamericanos como en los españoles, menos de la mitad de hombres y solo una tercera parte de las mujeres había reiniciado su vida sexual.
La recomendación, tanto de la Asociación Norteamericana del Corazón, como de la Sociedad Europea del Corazón con respecto al reinicio de la vida sexual después de un infarto cardíaco es muy simple: Si la función cardíaca es normal (determinada antes de salir de alta con un examen llamado eco cardiograma) y la persona es capaz de caminar normalmente sin sentir síntomas, puede reiniciar su vida sexual, una o dos semanas después del alta, al mismo ritmo que tenía antes del infarto.
Si usted o alguien que usted conoce amable lector ha tenido recientemente un infarto cardíaco, queremos recomendarle que no debe esperar a que el doctor inicie el diálogo acerca del reinicio de la vida sexual después de salir de alta. Además de preguntarle qué medicamentos debe tomar, que debe comer, qué tipo de ejercicios son convenientes y cuando puede volver al trabajo, pregúntele también cuando puede empezar a reiniciar sus relaciones sexuales.