Secretos del "Coaching"
El ‘coaching’ ejecutivo no es para todos. Es para los capaces de transformarse, de reinventarse, de crear nuevas versiones de sí mismos. Es para quienes hoy no son los mismos que hace cinco años y pueden ‘remodelarse’ hasta encontrar la forma deseada.
Cualquiera podría creer que las personas exitosas profesionalmente no necesitan un proceso de ‘coaching’, pero precisamente ellas son quienes mejor lo aprovechan, pues saben que su éxito actual no les garantizará el éxito mañana.
Los mejores siempre se exigen más, saben que deben ser más efectivos y no temen aceptar ayuda para lograrlo. Tal como un campeón deportivo entrena sin cesar, ellos se enfocan en elevar su competitividad frente a posiciones cada vez más exigentes.Ejecutivos que respeto y admiro por su madurez, sencillez y liderazgo, que son los primeros en asistir a cursos y seminarios, tienen este deseo permanente de aprender y de conocerse para seguir creciendo como personas y como ejecutivos. Son ellos los que le sacan el mejor partido a la experiencia de tener un ‘coach’ que los ayuda a focalizarse en sus habilidades y fortalezas estratégicas, así como debilidades y áreas de mejora.
Pese a que existen muchos tipos, es el ejecutivo el que se enfoca en las habilidades de liderazgo para incidir en los resultados de su gente y, por ende, de la empresa.
Un beneficio adicional muy importante es el espacio de reflexión donde los ejecutivos analizan su perfil y lo comparan con el de otros en función a las demandas de sus propias expectativas de carrera y de la efectividad que necesitan para enfrentar sus retos presentes y futuros. El proceso los ayuda a diseñar un plan de acción con indicadores de medición claros, para cerrar las brechas entre lo que hoy son y lo que buscan ser.
Además, acompaña al ejecutivo a contemplar distintas perspectivas de una misma situación, abriendo sus paradigmas para comprender mejor la realidad y reconocer y resolver problemas antes de que estos crezcan o sean irreparables.
Recordemos que no hay posición más solitaria que la de un alto ejecutivo que no tiene con quién contrastar métodos, revisar planes, o simplemente expresar dudas, inquietudes profesionales o redefinir objetivos y prioridades personales, con absoluta confidencialidad. Por lo general, sus jefes están lejos o son inasequibles, sus pares son sus competidores y sus subordinados dependen de ellos.
Vivir la experiencia de tener un ‘coach’ para ser más efectivo requiere esfuerzo, dedicación, perseverancia, mucha disciplina y, sobre todo, ¡desear cambiar!
Pero no todos son candidatos para el ‘coaching’: no sirve para aquellos de las “3 íes” (invencibles, inmortales e inmaduros), quienes no reconocen que “han llegado” al éxito acompañados también por sus debilidades.
Las actitudes equivocadas, los errores políticos, se pagan caro y pueden causar daños irreparables en las relaciones con jefes, pares o subordinados y afectar seriamente una carrera.
Tampoco el ‘coaching’ obligado funciona. Ni sirve para aquellos que no “tienen tiempo” porque, precisamente, ignoran que su manera de actuar los atrapa en una dinámica excesivamente demandante debido a que no delegan, no desarrollan a su gente, ni valoran el talento de los otros o, simplemente, no desean elevar sus niveles de empleabilidad.
Hoy, el mercado ofrece alternativas diversas de ‘coaching’, incluso existe ya una asociación de ‘coaches’. Que usted saque partido de este proceso depende del valor que hoy da a su carrera y del que quisiera que tuviera en el futuro.