Once razones para involucrarse, ayudar y servir
Publicado en el diario El Comercio (Perú), el 19/08/2018
Hace poco me invitaron a realizar una presentación sobre mi carrera “paralela”, aquella que he desarrollado apoyando a organizaciones sin fines de lucro y asociaciones civiles. Querían saber por qué les he dedicado tanto tiempo y energía, si realmente ha valido la pena el esfuerzo y si justifica involucrarse, sobre todo, cuando uno tiene que cumplir con un trabajo a tiempo completo.
Haciendo un recuento de lo hecho - ayudé a fundar algunas, he participado y participo como miembro del directorio de muchas y he sido presidente de tres – pude traer a valor presente todo lo que a mí me ha dado el hecho de “dar”. Comparto algunos:
- Antes que nada, pocas cosas se comparan con la inmensa satisfacción personal que trae participar en actividades que ayudan a muchos de mil maneras diferentes.
- Es muy inspirador vivir la posibilidad de dejar un legado de valor y poder influir o impactar positivamente en organizaciones de ayuda y en la vida de personas quienes tanto necesitan.
- Aprendes a liderar o moverte en otros entornos, a resolver creativamente otros tipos de problemas, a presentar, a negociar con retos diferentes, todo lo que enriquece nuestro perfil y nuestra experiencia profesional y de vida.
- Logras actuar y hacerte cargo, no permaneces pasivo o indiferente esperando que los demás “hagan algo” por los desafíos comunes.
- Aprendes de otras realidades, ideas y perspectivas que te abren la mente y la expanden rápidamente. Conoces maneras diferentes de encarar la vida y sus retos, lo que te ayuda a reestablecer prioridades y valorar más lo que tienes y conoces.
- Conoces personas muy valiosa, admirable y diversa, que ayudan y se dedican a los demás. Conectas con líderes extraordinarios que de otra manera jamás conocerías y ves su dimensión humana, la que no siempre muestran en su trabajo “regular”.
- Vives valores como la coherencia, generosidad, solidaridad, bondad, lealtad, entrega y responsabilidad social.
- Cambias de aire, sales de tu entorno habitual, vives experiencias que te enriquecen, evitas la rutina y te sientes más vivo y más despierto.
- Aprendes a conectar con ideas muy diferentes. Estás expuesto a vivencias retadoras que fortalecen el espíritu y desarrollan el carácter.
- Pones en perspectiva tus propios problemas y realidades y terminas muy agradecido con las oportunidades que tuviste y las que tienes.
- Lideras con el ejemplo e inspiras a tus colegas a participar y desarrollar su vocación de servicio. Las personas buenas aprecian a quienes dan de sí por los demás. Te generas credibilidad con ellos, te ganas su respeto y das valor a tu marca personal.
Como saben bien los muchos involucrados en toda clase de organizaciones civiles y de ayuda, son muchas las recompensas que trae servir a otros, a causas mayores y, sobre todo, al país. Todos, desde la posición y el momento de vida que estemos, podemos ayudar, servir e involucrarnos. Son experiencias muy positivas por donde se las mire.