Esa maldita irregularidad

¿Y ahora? ¿Dónde guardamos los elogios de la semana pasada? ¿En dónde quedó ese equipo que ilusionó tras vencer al Inti Gas? La irregularidad de Universitario volvió a manifestarse de la peor manera: con una derrota en casa, frente a un rival ganable que, para empeorar las cosas, jugó parte del segundo tiempo con un hombre menos. ¿La crema volvió a su realidad? De ninguna manera. Nunca se apartó de ella.Parafraseando al periodista Carlos Univazo, Comizzo compró un terno para un matrimonio y quiso usarlo para ir a la playa. Ante UTC repitió la alineación que tan buen resultado le dio en Ayacucho, olvidando un pequeño detalle: una cosa es jugar de visita, ante un equipo que regala espacios por su necesidad de ir al ataque, y otra hacerlo en casa, frente a un once que se guarece en su campo y se olvida de atacar.
La ‘U’ necesitaba un equipo ligero en la altura, por eso funcionó el trío Torres-Olascuaga-Fernández con Ruidíaz como única punta. En Ate, el libreto tenía que ser distinto porque ni Torres ni Gómez iban a tener espacios para trabajar con facilidad por las puntas. Además, Rafo Castillo, que es un tipo inteligente, puso hasta tres hombres custodiando cada costado: uno que marcaba y dos que esperaban. Entonces, el juego se centralizó.
No obstante, la crema se las arregló para generar algunas situaciones de peligro que la defensa cajamarquina superó con mucho miedo (como ese disparo débil del Chapu que fue despejado en la línea). Pero la profundidad solo apareció por ratos; y el buen juego, casi nunca.
Defensivamente, el equipo funcionaba bien: presionaba en campo rival para quitar la pelota rápido. Era tan inofensivo UTC que a Carvallo podrían haberle alcanzado el Geniograma y no habría puesto en peligro su valla si se dedicaba a resolverlo.
Los problemas se agravaron en el segundo tiempo. Conforme transcurrían los minutos y la claridad no llegaba, el equipo empezó a desesperarse. El traslado de la pelota de un lugar a otro se hizo cansino y previsible. Y cuando los cajamarquinos se quedaron con diez, se optó por la peor alternativa: jugar al bombazo, olvidando que Ruidíaz, ni con los chimpunes puestos, alcanza los 170 centímetros de estatura.
Sin fútbol, Rainer no fue un aporte positivo. Cuando ingresó Guastavino era tal el caos que los jugadores parecían tropezarse unos con otros. La tranquilidad se había extraviado y la visita aprovechó la única que tuvo: pase de Manco, Alloco que no alcanza a desviar, ingreso de Guaza, amague y gol. ¿Demasiado premio para UTC? Quizá. Mejor cambiemos la pregunta: ¿demasiado castigo para la ‘U’? No. Fue la consecuencia lógica de un equipo desequilibrado, sin un libreto definido, demasiado irregular en la cancha y en el banco.
Insisto: ¿por qué no juega Ximénez? ¿cuál es el verdadero motivo por el que no es considerado ni siquiera en el banco? ¿quién puede decir, seriamente, que Chirinos es más jugador que él?
Hablar de la ausencia de Leguizamón es ocioso, ¿pero qué ha hecho Fernández para tener un puesto fijo en el equipo?
Hay ciertas cosas que no debemos olvidar en estos momentos en los que la indignación y la desesperanza se apodera del hincha: la crema tiene un plantel limitado y sin muchos brillos; un técnico con poca experiencia que, como reconociera la propia Administración Temporal, fue elegido porque se acomodaba a la realidad económica de la institución, y un auspiciador cuyo propietario es un personaje poderoso, quien, según se dice, ejerce amplia influencia en el manejo deportivo de los clubes con los que trabaja.
En estas circunstancias, la capacidad de maniobra de la ‘U’ es escasa para intentar, al menos en el corto plazo, el viraje radical que más de uno exige. Sin embargo, en el fútbol lo que mandan son los resultados y lo que se viene es muy difícil: este domingo, en el Cusco, habrá que visitar al Real Garcilaso; luego se recibirá a Melgar al Monumental y después se jugará en el Nacional con Cristal.
La ‘U’ no solo necesita ganar, necesita jugar.
Por ahora, está muy lejos de conseguir lo segundo.

Espero sus comentarios. Un abrazo para todos.