La educación ha sido una preocupación constante para la sociedad en general, y se han llevado a cabo diversas campañas de sensibilización con el objetivo de abordar esta problemática. En este sentido, se ha reconocido la gran importancia que tiene la familia en el proceso educativo de cada individuo, sobre todo en el caso de los hijos. Sin embargo en muchas ocasiones no se dan las condiciones necesarias para que los estudiantes puedan obtener buenos resultados académicos, y esto comienza desde el ámbito familiar.
Dentro de las familias, es fundamental recibir amor, alimentación adecuada y un hogar estable, ya que todos estos factores influyen de manera significativa en el desarrollo y rendimiento educativo. No obstante, en las zonas rurales se presentan problemáticas adicionales que dificultan aún más el acceso a una educación de calidad. Un dato alarmante del Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade) revela que un 24% de los estudiantes de nivel secundario en estas áreas experimenta retraso escolar, en comparación con tan solo un 7.4% en las zonas urbanas.
En el entorno familiar, surgen problemáticas que repercuten directamente en el proceso educativo de los estudiantes. Un ejemplo claro es la persistencia del machismo en la comunidad rural, el cual tiene un impacto negativo, especialmente en las mujeres, ya que muchos estudiantes solo son obedientes a sus padres, y rebeldes con sus madres y eso no colabora con un buen ambiente familiar. De acuerdo con datos estadísticos de Grade, un 46% de las mujeres peruanas que viven en áreas rurales, con edades comprendidas entre los 14 y 29 años, dependen económicamente de los hombres y carecen de ingresos propios.
Conscientes de esta realidad, en la Institución Educativa Técnico Agropecuario Silva de Huancavelica, se abordan estas problemáticas a través de un proyecto de aprendizaje enfocado en la importancia del apoyo familiar en la educación. A los estudiantes de quinto grado se les consultó sobre con qué frecuencia reciben ayuda de parte de sus familias en sus tareas escolares y un 64.3% mencionó que esto solo sucede “A veces”.
Se ve la clara necesidad de contar con el respaldo de las familias en el ámbito educativo. En conversaciones con ellos mencionaron que les gustaría que sus padres revisen sus cuadernos, otros estudiantes se ven en la obligación de ayudar a sus padres en las tareas del campo ya sea saliendo del colegio o los fines de semana, lo cual les deja poco tiempo para dedicarse al estudio. Pero también dieron sugerencias, por ejemplo, charlas de sensibilización para los padres de familia para que se involucren poco a poco en sus labores escolares
El psicólogo Juan Rodríguez manifestó que “los problemas que los estudiantes tienen en su casa no les deja concentrarse en clase… si el estudiante sufre violencia física o psicológica influye en su educación”. Por su parte, la directora Gaby Arce López sostuvo que “si uno se siente querido, esos estudiantes no tienen problemas en el colegio”.
El ambiente emocional en el hogar también juega un papel fundamental en el rendimiento escolar de los estudiantes. Ellos se enfrentan a dificultades emocionales derivadas de diversos problemas familiares. Cuando los estudiantes experimentan problemas de comportamiento, es necesario que los docentes comprendan que estas conductas pueden estar relacionadas con los problemas que enfrentan en casa y que afectan su bienestar general. El apoyo y la comprensión por parte de los maestros resultan fundamentales para poder brindarles el acompañamiento adecuado.
Además, es importante tener en cuenta que algunas estudiantes, al no recibir afecto en sus hogares, buscan encontrarlo en relaciones personales inapropiadas con personas mayores en la comunidad o en otros pueblos cercanos. Este comportamiento incrementa el riesgo del embarazo adolescente y, como consecuencia, el abandono de la escuela. Todo esto tiene su origen en la falta de un entorno familiar saludable emocionalmente y afectivo.
En una entrevista realizada a una madre de familia, ella mencionó que “en mi casa nos tratamos todos con cariño, pero no sé leer, no sé si mi hijo está aprendiendo, cuando le pregunto no puedo saber si me está engañando”.
Existen muchas barreras por vencer para mejorar nuestra educación y por eso es necesario crear puentes entre la familia y el colegio. Es responsabilidad de todos trabajar de manera conjunta para superar estas barreras y proporcionar un entorno propicio para el aprendizaje y el desarrollo integral de los estudiantes. Solo a través de un esfuerzo conjunto y una comprensión profunda de estas problemáticas, podremos garantizar una educación de calidad para todos los jóvenes, sin importar su origen o ubicación geográfica.
Nota escrita por los corresponsales escolares del colegio Técnico Agropecuario Silva: Juan David Vargas Huamán, Jairo Jhoseph Guillen Ramos, Marianela Crispin Boza, Danny Cuadros Alanya y Eber Huayra Alanya. Con el acompañamiento del docente Abel Daniel Huamán Piguaicho y la mentoría del periodista Pedro Canelo.