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¿Está listo el sistema de salud peruano para enfrentar otra crisis sanitaria?
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¿Está listo el sistema de salud peruano para enfrentar otra crisis sanitaria?

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Después del , el sistema de salud peruano continúa enfrentando grandes retos en materia de infraestructura, atención al paciente y condiciones sanitarias. Según el consenso de expertos y especialistas en la materia, uno de los puntos más críticos que la pandemia expuso fue la limitada capacidad de los establecimientos que ofrecen el primer nivel de atención en nuestro país —centros médicos encargados de prevención, diagnóstico temprano y atención básica—; una carencia que se hace evidente, sobre todo, fuera de la capital.

En zonas como Pachácamac y Lurín, el descuido de los centros de salud de atención primaria fue más que notorio durante la pandemia. De acuerdo con reportes del Ministerio de Salud del 2020, varios centros especializados en atención de primer nivel en dichos distritos funcionaban sin camas de hospitalización ni ventiladores mecánicos, lo que dificultó enormemente la atención. En el caso del Centro de Salud Pachacámac, solo se encontraba la atención ambulatoria, mientras que los traslados a hospitales más desarrollados se veían dificultados por la alta demanda. Además, datos del Centro Nacional de Epidemiología revelan que las tasas de letalidad por Covid-19 en zonas periféricas como estas fueron superiores al promedio de Lima Metropolitana, mostrando las consecuencias de un sistema pobremente manejado.

En esta foto del 8 de mayo, los trabajadores de la funeraria Piedrangel Luis Zerpa, Luis Brito (centro) y Jhoan Faneite (derecha) de Venezuela, llevan el cadáver al coche fúnebre de Marcos Espinoza, de 51 años, quien murió por síntomas de coronavirus en Pachacámac. (Foto: Rodrigo Abd / AP)
En esta foto del 8 de mayo, los trabajadores de la funeraria Piedrangel Luis Zerpa, Luis Brito (centro) y Jhoan Faneite (derecha) de Venezuela, llevan el cadáver al coche fúnebre de Marcos Espinoza, de 51 años, quien murió por síntomas de coronavirus en Pachacámac. (Foto: Rodrigo Abd / AP)
/ Rodrigo Abd

Aunque la pandemia cambió mucho tras su paso, el descuido del primer nivel de atención ha persistido como un aspecto negativo en un sistema que sigue siendo deficiente, comprometiendo la capacidad de respuesta de los servicios de salud básicos en el corto, mediano y largo plazo. A ello se suman otros problemas que evidencian el estado de abandono de los centros médicos, como la falta de mantenimiento de los establecimientos y el evidente desgaste de la infraestructura hospitalaria.

A la fecha, por ejemplo, el centro asociado al seguro integral de salud (SIS), al que acuden la mayoría de pobladores, mantiene un aspecto bastante deteriorado, justo frente a una construcción en proceso y con el área de espera que deja mucho que desear. Pero a pesar del descuido, muchos vecinos de Pachacámac y Lurín consideran a estos establecimientos como su principal referente de atención sanitaria cuando lo necesitan (y en algunos casos, el único). Y Hugo Velásquez Zevallos, paciente habitual de la posta médica de Pachacámac, es uno de ellos.

Me atienden bien, siempre vengo aquí, afirma Velásquez.

El testimonio del vecino pachacamino, sin embargo, despierta una duda: ¿por qué la comunidad sigue confiando en las postas de atención primaria, dejando de lado las limitaciones presentes?

El mal menor

Como dice un viejo refrán, “más vale viejo conocido que bueno por conocer”. Esta frase también puede servir para comprender la confianza que mantienen los vecinos pachacaminos sobre sus postas médicas, pese a las diversas deficiencias. Los pacientes priorizan, por ejemplo, acudir al establecimiento que ya conocen, donde son testigos de una buena atención médica, que arriesgarse a no ser nunca atendido por otros centros con mayor desarrollo, como Essalud. La realidad obliga a los vecinos de la zona a optar por la atención más accesible; que muchas veces es la única opción, sin ser necesariamente la más óptima.

Pides una cita y te mandan a dos meses, tal vez un mes. Después de eso ya te moriste, porque no lograron atenderte a tiempo”, cuenta Rolando Rivera, trabajador de seguridad en un colegio de Pachacámac, sobre su experiencia con Essalud en dicho distrito. Su caso no es uno aislado: muchos usuarios del sistema público de salud en la zona -y el país- relatan situaciones similares.

Sin embargo, es importante reconocer que existen esfuerzos desde distintas entidades del Estado para mejorar la situación actual del sistema de salud en Pachacámac. Una persona cercana al hospital EsSalud de la zona —que prefirió no revelar su identidad— precisó a El Comercio que la pandemia por Covid-19 obligó a la implementación de mejoras que se sostienen hasta la fecha, como la inversión en infraestructura hospitalaria, especialmente en camas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Antes del 2020, la capacidad del sistema era muy limitada, pero ante la emergencia, se destinaron recursos para ampliar la atención hospitalaria en todo el país.

Además, según datos del Minsa recopilados en su informe “Balance del Sistema de Salud en contexto COVID-19” (2021), tanto Essalud y otras entidades como el propio ministerio contrataron a más personal médico para enfrentar la alta demanda. Aunque muchos de estos contratos fueron inicialmente temporales, se mantuvieron ante la necesidad de tener a más profesionales en ciertas localizaciones.

No obstante, la misma fuente critica la amplia brecha de calidad que ostentan las sedes de Essalud de Pachacámac y Lurín, debido a la demanda de cada ubicación. En esa misma línea, Vanessa Valencia, del Centro Materno Infantil de Lurín, enfatizó que existe una adscripción abierta para la atención de pacientes que sean o no de la zona, “siempre y cuando tengas SIS”.

Al mismo tiempo, la obstetra Luz Cruz Olano mencionó que un aspecto importante para la mejora de la atención primaria en establecimientos de primer nivel, como postas médicas y centros materno-infantiles, es el pago de incentivos e incremento del presupuesto al sector salud, así como la incorporación de actividades de telemonitoreo. Esto último se ha convertido en una necesidad del sector tras los cambios generados por la pandemia, que impulsó la virtualidad en las diversas actividades de la ciudadanía. Una mayor adopción de herramientas virtuales —con la debida capacitación de por medio— puede ser clave en el cierre de brechas y en la atención a adultos mayores, que usan los servicios de salud de forma recurrente.

Por último, la fuente cercana a Essalud resaltó la importancia del esfuerzo que realiza todo el personal involucrado en el sistema sanitario, enfatizando que tanto médicos como enfermeros, personal de limpieza, y autoridades ejecutivas, cumplen un papel fundamental en el mantenimiento del orden y la atención diaria; un trabajo exigente que muchas veces no recibe el reconocimiento que merece.

Hoy es innegable que el sistema sanitario peruano cuenta con más camas UCI y mayor personal en comparación con la situación previa a la pandemia. Estas mejoras, aunque aún insuficientes, representan un avance significativo en la capacidad de respuesta del sistema de salud. Aún así, las enseñanzas mundiales del Covid-19 no se han visto del todo aplicadas. Mientras los vecinos de Pachacámac o Lurín no cuenten con un servicio especializado que cumpla con los estándares de calidad globales en cuanto a la salud, la tarea permanece pendiente.

Autoras del reportaje

Esta nota fue elaborada por las corresponsales escolares Luna Alarcón Velapatiño, Daniela Zoe Soria Tafur, Fabiana Yanis Esteban Martínez, Vannia Witting Schipper y Valentina Bodero San Román, del Euroamerican College; bajo la supervisión de la profesora Zulaika Rodríguez Huaypuna y la mentoría de Paola Villar, periodista y productora editorial de El Comercio.