Aquella noche del pasado 5 de octubre, el hincha de Universitario tenía el corazón dividido en dos lugares: una parte estaba en el estadio de San Marcos, donde los dirigidos por Ángel David Comizzo conseguían el título de la Fase 1 tras vencer 3-1 a UTC; y la otra, con un poquito más de angustia, en el hospital Casimiro Ulloa: las imágenes que se repetían en las redes sociales no solo eran las celebraciones de Iván Santillán, Alejandro Hohberg y Alexander Succar. También la del minuto 26, en la cual Federico Alonso cerraba los ojos, se tomaba el hombro y se iba del campo con dolor. Dolor, que se entienda, por dejar a sus compañeros en plena lucha por el torneo.
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