Real Madrid se impuso 4-1 en los penales al Atlético de Madrid luego de igualar 0-0. (Foto: AFP)
Real Madrid se impuso 4-1 en los penales al Atlético de Madrid luego de igualar 0-0. (Foto: AFP)
/ GIUSEPPE CACACE
Diego Barrio de Mendoza

A raíz de la falta táctica que cometió el mediocampista al delantero se ha generado un debate sobre si fue correcta o no la decisión de último recurso que tomó el jugador del . La infracción se dio en los últimos minutos de la final ante por la Supercopa de España, cuando el atacante se dirigía de manera solitaria hacia el arco que custodiaba Thibaut Courtois.

La infracción del volante uruguayo fue en el minuto 115, a cinco del final de la prórroga. Tras un tiro de esquina merengue, los colchoneros reaccionaron de contragolpe y dejaron solo a Morata con un preciso pase en profundidad. Valverde cortó la jugada con un patadón a su colega, aunque sin lesionarlo.

Pese a que perjudicó claramente a su equipo, el entrenador Diego Simeone se refirió bien del centrocampista de 21 años. “Fue la jugada más importante. Le dije que no se preocupara, que cualquiera habría hecho lo mismo en su lugar. Tenía que hacerlo. Creo que el premio al mejor jugador tiene todo el sentido del mundo porque Valverde ganó el partido en esa acción”.

“Ha hecho lo que tenía que hacer. Es una falta grosera pero había que hacerla en ese momento. Lo ha hecho bien. Al final lo importante es que se ha disculpado con Morata porque se conocen muy bien”, dijo el francés Zinedine Zidane, estratega de los ‘galácticos’.

A diferencia de ambos técnicos, el columnista en el diario “Mundo Deportivo”, Xavier Muñoz, mostró otra postura: “Más que una Supercopa, esto terminó siendo una superbroma. Es una macabra burla del destino que en Arabia acabe triunfando Valverde, pero no el técnico del Barça, sino el jugador del Madrid, y encima porque le echaran”.

Valverde saliendo del campo por la expulsión y recibiendo el apoyo de Simeone. (Foto: Reuters)
Valverde saliendo del campo por la expulsión y recibiendo el apoyo de Simeone. (Foto: Reuters)
/ WALEED ALI

"El uruguayo se inmoló con su astuta autoexpulsión, que evitó que el Atlético sentenciara la final. Contra quienes pongan el acento en su acción antideportiva, se les puede oponer que en un fútbol tan egoísta como el actual es casi conmovedor que alguien anteponga el interés colectivo al personal", añadió.

A lo largo de la historia del fútbol se han registrado casos similares en los que el último recurso prioriza sobre la ‘ética’. El ejemplo más famoso, sin duda, es la mano de su compatriota Luis Suárez en el Mundial Sudáfrica 2010.

El charrúa saltó y tapó el esférico con la mano como un portero para evitar que Uruguay cayera ante Ghana en los minutos finales del tiempo extra. Lógicamente, el árbitro cobró penal y expulsó al ‘Pistolero’, que se marchó entre lágrimas. El periodista David Hidalgo, que estuvo en la cancha aquella vez, cubriendo la Copa del Mundo para El Comercio, narró lo sucedido y comparó la jugada con la de Valverde.

“A esa altura, con el Mundial casi en muere, quién no se había hecho fan de Uruguay. Claro, salvo los casi 80 mil que estaban en el Soccer City y le iban a Ghana. Después de tanta tensión, angustia, y luego de soportar durante 120 minutos el zumbido inexplicable de las vuvuzelas, muy pocos recuerdan que en esa última jugada, Luis Suárez la salvó -lícitamente- primero en la línea con la pierna izquierda, y luego sacó un manotazo desesperado tras el cabezazo de Dominic Adiyiah. Asamoah Gyan falló el penal y tras la definición, Uruguay se metió a semifinales. Por eso el ‘Pistolero’ se ganó el repudio de todo África. Al salir del estadio todos lo calificaban de ‘anti fair play’, pero era lo que tocaba hacer. Un último recurso, una falta que es parte del juego y que, al igual que a su compatriota Fede Valverde ante Atlético de Madrid, le costó ver la roja”, explicó Hidalgo.

Otra falta que pasó a la historia ocurrió en el Mundial Argentina 78. El 14 de junio, la selección local y futura campeona pasó por más de un apuro contra Polonia por el pase a la semifinal y uno de ellos parecía culminar en un inminente gol, pero la estrella de la Albiceleste, Mario Alberto Kempes, se estiró emulando a Ubaldo ‘Pato’ Fillol para golpear el esférico con el puño y proteger el 1-0.

El ‘Matador’ no fue expulsado ni sancionado con amarilla, pese a que su reacción fue muy histriónica (no había sanción ejemplar por último recurso en esa época). Como en el anterior encuentro, luego el arquero detuvo el penal.

De igual manera sucedió en el fútbol europeo, precisamente con el exdelantero y actual DT del Manchester United, Ole Gunnar Solskjær, el 18 de abril de 1998. En un partido ante Newcastle, el noruego conocido como el ‘Asesino con cara de niño’ derribó a Rob Lee, quien corría sin marca hacia el arco de los ‘diablos rojos’.

Era el final de la Premier League y el Arsenal, líder de la tabla y finalmente consagrado como el mejor de la temporada, no daba margen de error. A diferencia de los sucedido con Suárez, el exjugador se fue entre aplausos de las gradas y felicitado por su compañero David Beckham. Aquel día, Solskjær se ganó un lugar especial en el corazón de los hinchas de los ‘Red Devils’, pese a que no consiguieran la liga.

Los ‘gunners’ también fueron protagonistas de una situación similar en los 80. Esta vez, en la final de la FA Cup ante el West Ham United, mítico equipo de Londres que resultó vencedor 1-0.

Paul Allen pudo anotar el segundo para los ‘hammers’, pero sufrió una falta como la que recibió Morata por parte de Willie Young. El juez solo resolvió con amarilla, porque el reglamento de esos años aún así lo indicaba.

Acciones como las de Valverde, Suárez, Solskjær y Young son totalmente entendibles como parte del juego siempre y cuando no se busque dañar al rival o se realice de una forma repetitiva. Cabe recalcar que estas infracciones ocurrieron gracias a reacciones espontaneas y no de una manera premeditada o previamente calculada en el camerino.

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