Cuando el deporte aún era de vestimenta blanca, el apellido Buse ya le regalaba alegrías al tenis peruano. “El tenista peruano Enrique Buse derrota al campeón chileno Galleguillos”, se titular y cuenta en imágenes la victoria del tenista peruano en un torneo universitario en Estados Unidos. Ochenta años después, en señal HD y vestido de rojo, Ignacio Buse prácticamente repite la hazaña de su tío abuelo con su triunfo del sábado sobre Nicolás Jarry, chileno que lo supera por más de 400 puestos en el ránking ATP. Nacho, de 19 años, nos entusiasmó con su juego en los Qualifiers de la Copa Davis, que finalmente se llevaron los sureños por un apretado 3-2 en Santiago.
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La noche fue muy dura para la selección peruana, y más para un joven Ignacio, que no tuvo opciones ante Tabilo en el cierre de la serie. Según allegados al equipo, las horas se hicieron largas tras los resultados. El último encuentro finalizó alrededor de la medianoche y recién los peruanos pudieron conciliar el sueño al amanecer del lunes.
El resultado quedó atrás y queda confiar en este equipo que combina experiencia y juventud. “Lo de Ignacio es la validación que tenemos para ilusionarnos con un buen jugadore en el futuro. Pero como dijo Lucho Horna, hay que tener mucha paciencia con él y Gonzalo Bueno. Deben aprender de las victorias y las derrotas”, nos comenta Juan Diego Llosa, periodista peruano que estuvo en Santiago siguiendo los partidos en la misma cancha.
Ahora sigue con su temporada en Europa. Ayer viajó a Barcelona y de ahí lo hará a Portugal donde disputará tres torneos M25 del circuito future (torneos profesionales de la ITF). Su ráking 438 aún no le permiten tentar los Challenger, por lo que espera seguir ascendiendo para pronto estar en la élite. Los doce Challenger que ha disputado los ha hecho con Wild Cards o desde la Qualy.
Lo bueno en la derrota es la confirmación de que hay un equipo peruano de Copa Davis para el futuro. Lo ha dicho muchas veces el capitán Lucho Horna, lo anticipó Tupi Venero, quien tuvo oportunidad de entrenar a Buse y Gonzalo Bueno siendo niños. Lo confirma ahora el juego. Gonza destacó en la pasada serie ante Irlanda el año pasado y ahora fue turno de Nacho, con su imponente victoria ante Jarry y la gran lucha sobre Tabilo.
Apellido ilustre
Nacho juega al tenis desde que tiene conciencia. A los 3 años ya agarraba una raqueta para practicar con su padre, entrenador de tenis. En la familia Buse no podría de ser de otra manera: el abuelo de Nacho, don Enrique Buse y su hermano, don Ernesto, fueron glorias del deporte nacional, tanto que la court central del Lawn Tennis de la Exposición lleva su nombre.
Recuerdan miembros del equipo peruano que cuando a Ignacio le tocó jugar en ese recinto, en el quinto partido de la serie ante Noruega, no podía de la emoción. “Nos decía que tenía muchas ganas de entrar, que se veía jugando en esa cancha su mejor tenis. Estaba motivadísimo”, no comenta Mario Monroy, presidente de la Federación Peruana de Tenis, que brinda apoyo económico en la carrera de Nacho.
Hincha de Universitario también inició jugando fútbol, pero en cuarto grado de primaria dejó todo por el tenis. Luego fue metiéndose en las selecciones Sub 12, Sub 14 y Sub 16 -clasificó a los tres mundiales de las categorías con la selección-, hasta consolidarse como junior y llegar a ser puesto 9 ITF en enero del 2022. Ese año disputó los cuatro Grand Slam Juniors y en dobles llegó a la final de Roland Garros junto a Gonzalo Bueno e hicieron semis en el US Open también.
El año pasado llegó el momento de decidir por el profesionalismo o la vida universitaria compartida con el tenis. El peruano decidió acudir a la Universidad de Georgia, pero unos problemas documentarios le impidieron concretarlo. Ante eso, se dedicó de lleno al tenis. Como toda carrera, se le presentaron barreras que lo hicieron dudar. Una operación de urgencia en Cali por un problema de salud en la garganta lo apartaron de las canchas por varios meses, entre mayo y agosto, haciendo que la para lo haga reflexionar.
Pero mantuvo la muñeca y volvió con más fuerza, tanta que llegó a cuartos de final del Challenger de Lima desde la qualy en agosto y a inicios de octubre llegaron sus primeros títulos profesionales, primero en el M25 en Mendoza, Argentina, y luego en el M25 de Zapopan, en México. El profesionalismo estaba en el horizonte.
Ahora el Perú conoce su talento y sabe que tiene mucho por delante. Esta temporada logró un acuerdo con la Academia TEC en Barcelona, para hacer su base de entrenamiento ahí y profundiza sus golpes en canchas rápidas.
“Es importante que los jóvenes aprendan a sobrellevar clima complicados y quiero destacar que Buse siga compitiendo en pistas rápidas y es interesante que un perfil peruano se vaya centrando en eso porque es lo que falta. Buse tiene las condiciones, tiene un gran revés y saca bien”, nos dice Miguel Medina, periodista de Desde la Qualy, quien recuerda que en el Circuito ATP hay más torneos sobre cancha dura, por lo que es bueno que Nacho haya enfocado este inicio por ahí.
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