El atletismo nos regala momentos memorables que reflejan una gran muestra de sacrificio y dedicación de los corredores. Algunas llegadas no salen según lo esperado y nos dejan desgarradoras imágenes que duelen, pero a la vez motivan para nunca darse por vencido.
En esta nota encontrarás los finales más dramáticas del atletismo
a lo largo de la historia:
1. La llegada a la meta de la atleta Beata Naigambo, de Namibia, en los Juegos de la Commonwealth generó un gran impacto en el mundo, al caer totalmente descompensada a pocos metros de cruzar la meta. La experimentada maratonista quedó en el puesto 11 para luego ser llevada de emergencia al hospital.
2. La carrera de los hermanos Brownlee, en la Ciudad de Cozumel, México es recordada como uno de los finales más dramáticos de la historia del triatlón mundial. Jonathan Brownlee, a punto de proclamarse campeón mundial, sufrió un golpe de calor a tan solo 300 metros de la meta. Su hermano, Alistair Brownlee, quien también estaba participando, aceleró para ayudar a su hermano. El abrazo de los ingleses al cruzar la meta es una imagen que nunca se olvidará.
3. La atleta keniata Hyvon Ngetich encabezó durante varios kilómetros el Maratón de Austin en la ciudad de Texas, donde a pesar de su experiencia en esta distancia cayó exhausta al asfalto. La corredora se llevó una ovación, al abstenerse de recibir cualquier tipo de ayuda, lo que la dejaría descalificada.
4. Derek Redmond era el favorito a llevarse el oro en los 400 metros planos de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Se preparó durante todo el año para esta competencia, en la que finalmente a 200 metros de la meta, sufrió un tirón que paralizó todas sus esperanzas. Tras caer al suelo, Redmond demostró su valentía para continuar y cruzar la meta, acompañado de su padre que ingresó a la pista atlética para guiarlo e inmortalizar ese momento.
5. Londres 1948. Étienne Gailly, de nacionalidad belga, estuvo a pocos minutos de cruzar la meta en la prueba de maratón; sin embargo, el argentino Delfo Cabrera, que estuvo muy cerca durante la carrera, logró arrebatarle el primer lugar en el tramo final, ya dentro del estadio Wembley. A pesar de su cansancio, Gailly siguió corriendo y alcanzó la medalla de bronce, pero con sabor a oro.