Marco Quilca León

“Creo en el jugador peruano”, dijo en su presentación y empezó a edificar una selección histórica que logró gestas inimaginables durante casi ocho años. Construyó un paraíso de éxitos en medio de un fútbol peruano decaído, maltratado por sus dirigentes y con síntomas de agonía. Pero a partir de ahora, después de una increíble mala negociación del presidente de la FPF, Agustín Lozano, Ricardo Gareca no será más el hombre de los milagros peruanos.