Durante el período de gestión municipal 2019-2022, los gobiernos locales ejecutaron solo el 60% de su presupuesto de inversión. En total, estas instituciones dejaron de invertir S/40 mil millones en los últimos cuatro años. Parte de este problema se debe a que el presupuesto no está alineado necesariamente con las capacidades de gasto de las municipalidades. Con miras a las nuevas autoridades locales elegidas para el período 2023-2026, es importante mejorar la asignación y ejecución de los recursos disponibles.
Baja ejecución
La proporción de municipalidades que ejecutaron menos del 60% de su presupuesto de inversión se incrementó de 27% durante el período municipal 2015-2018 a 34% durante la gestión 2019-2022. Parte de dicho aumento se explica por la dificultad para invertir durante el 2020, producto de la paralización de obras por el inicio de la pandemia. Durante ese año, por ejemplo, la mitad de los distritos de todo el país tuvo una inversión menor al 60%.
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Al margen de la crisis sanitaria, una de las principales razones del bajo avance de la inversión pública es que el tamaño del presupuesto no se corresponde necesariamente con la capacidad de ejecución de las municipalidades. Ello resulta evidente en distritos mineros cuyas municipalidades han registrado un fuerte incremento de los recursos disponibles por canon y regalías ante el alza en el precio de los metales. Uno de los ejemplos más claros es el distrito de Yarabamba en Arequipa, una de las cinco localidades con mayor presupuesto en el Perú, cuyos recursos para inversión se incrementaron en 126% entre el 2019 y el 2022, mientras que el monto ejecutado solo fue 25%. En general, los datos para los últimos 10 años muestran una relación negativa entre el monto transferido por canon y regalías mineras y la tasa de ejecución de la inversión pública según regiones.
Además, una parte de los mayores incrementos en los recursos disponibles no se da en el presupuesto inicial, sino que se agrega conforme transcurre el año de gestión, lo cual dificulta la planificación adecuada de las inversiones. En las últimas dos gestiones municipales (2015-2018 y 2019-2022), en los distritos cuyo presupuesto final o modificado (PIM) se incrementó más respecto al monto inicial las tasas de ejecución son más bajas. En concreto, en las municipalidades que ejecutaron menos del 60% de sus recursos disponibles para inversión, su presupuesto para inversión pública se incrementó 3,7 veces en promedio en el período 2015-2022, mientras que en el resto municipios el presupuesto para inversión se incrementó en promedio solo 2,5 veces.
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Por ejemplo, en la Municipalidad de Santa Ana de Huaycahuacho en Ayacucho, el presupuesto para inversión aumentó más de 20 veces a lo largo del 2022 y la ejecución de la inversión pública apenas alcanzó el 8,5%. Dicho incremento del presupuesto se debió principalmente a los recursos provenientes de la recaudación tributaria destinados a un proyecto de mejora de la transitabilidad peatonal y vehicular, que no presenta ningún avance a pesar de que su viabilidad fue aprobada en el 2019.
Perspectivas
Para el 2023, el presupuesto inicial de inversión de los gobiernos locales se ha incrementado en 65% en términos reales con respecto al del año anterior, a fin de permitir una mejor programación del gasto. Cabe recordar que, en el 2022, el presupuesto final para inversión pública de las municipalidades fue 4,2 veces el de apertura. Aun así, las nuevas autoridades seguirán enfrentando el reto de utilizar eficientemente los mayores recursos disponibles. Por ejemplo, para este año, la Municipalidad de Miguel Iglesias en Cajamarca tiene un presupuesto de inversión de S/12 millones para un proyecto de saneamiento. Ello es más de 14 veces todo lo ejecutado en promedio durante el período 2019-2022. Además, en el 2022, el mismo proyecto ya tenía un presupuesto de S/3 millones, pero solo se ejecutó el 2%. Así, sin una mejora significativa en las capacidades de inversión, Miguel Iglesias podría terminar entre los distritos con menor ejecución en el 2023.
Los mayores recursos no son suficientes para cerrar las brechas a nivel nacional si es que estos no son utilizados de manera eficiente. Por ello, se recomienda alinear la asignación del presupuesto con las capacidades de ejecución de cada municipio. También se debe mejorar la predictibilidad de los recursos disponibles, de tal manera que las autoridades locales puedan planificar con mayor anticipación los gastos. Todo ello será relevante para obtener mejores resultados de inversión durante el nuevo período municipal 2023-2026.