Los precios de los alimentos han tenido un aumento importante a lo largo del año, lo que ha puesto en aprietos al presupuesto familiar de los peruanos. Hasta agosto, según el INEI, la inflación anual de alimentos y bebidas no alcohólicas a escala nacional superó el 11%, casi el doble de la inflación del país. Y con algunos picos como en el caso del limón, que se elevó en más de 69% o la manzana corriente en más de 23%.
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El alza global de los precios, así como una menor producción nacional –afectada por el impacto de los fenómenos climáticos y la crisis de fertilizantes del 2022– son algunos de los factores que abonan a esta situación. A ello se suma la alta probabilidad de un Fenómeno de El Niño (FEN) que, como indica el Instituto Peruano de Economía (IPE), podría presionar aún más al alza los precios de los alimentos.
Para el economista por la Universidad del Pacífico (UP)y fundador de Noncash, Omar Azañedo, este no es un shock temporal, ya que con el FEN se impactará no solo la oferta de los productos sino también la logística para el transporte de los mismos. Según proyecta el especialista, los precios altos en los alimentos van a permanecer hasta fines del 2024.
El valor de la canasta básica familiar– agrega Azañedo– aumentó entre 7% y 8% (entre S/7 a S/10) en lo que va del año, rondando ahora entre los S/430 a S/440.
De acuerdo a Catalina Niño, directora del área de investigaciones de la consultora Omnicom Media Group (OMG), precisamente, el incremento de los productos de la canasta básica preocupa al 63% de peruanos, siendo esta su principal inquietud, según reporta su última encuesta ‘1000 peruanos dicen’, realizada entre julio y agosto a nivel país.
La reacción del consumidor
Ante el incremento de los productos de la canasta, desde Kantar Worldpanel Perú indican que los hogares peruanos están siendo resilientes y cambiando algunos aspectos de su consumo. Mauricio Cheng, gerente general de la consultora especializada en consumo masivo, comenta que en el primer trimestre el consumo creció apenas 1,2% y 1,7% en el segundo.
“Hubo crecimientos marginales en volumen en relación al mismo trimestre del año anterior. El hogar está siendo mucho más racional y busca optimizar su consumo y su presupuesto”. En gasto, el incremento ha sido más del 11% desde este año, a causa de la inflación.
Para Cheng, la expansión marginal del consumo se mantendría hasta finales de este año, por lo que confía en que el consumo en los hogares podría cerrar el año con un crecimiento de 1,7% a nivel de volumen y considerando todos los rubros de la canasta que mide Kantar y que incluye también aseo del hogar y personal.
No obstante, no se anima aún a dar una proyección en cuanto al gasto, debido a que “la inflación aún se encuentre muy variable. Se espera que baje un poco, vamos a esperar lo que dicte el mercado”, afirma.
Más visitas, menor cesta
Ante este contexto, Cheng cuenta que hoy los consumidores han incrementado su frecuencia de compra– en el último trimestre ha ido 86 veces en promedio– pero con una reducción del 7% de la canasta en cada visita. Y una elección de formatos de productos más asequible.
Esto se explica porque tiene menos liquidez y compra menos artículos que antes en cada visita a los canales debido al alza de precios y a un menor poder adquisitivo. Lo que se refleja también en que los consumidores hayan reducido la compra de abastecimiento (de 10 a más productos) en el segundo semestre, pasando de representar el 23% de las ventas a 19%.
Además, busca una mejor ecuación de valor por su dinero, para lo cual visita más canales que antes. Las tiendas por descuentos, de conveniencia o minimarkets independientes, así como las bodegas han ganado mayor relevancia por su cercanía y surtido de formatos.
En esa línea, se observa que los formatos que están siendo los más requeridos por el consumidor son los más asequibles. Estos son tanto los más pequeños como los productos a granel. En el caso del primero, este creció a un dígito en el segundo trimestre de este año, en tanto la preferencia por los productos a granel se expandió en 18% de un trimestre a otro.
De cara al 2024, la expectativa del consumo en hogares va a seguir muy conservadora, indica Cheng, “ya que las cifras del país están siendo bastante moderadas, aparte de los factores climatológicos que afectan de una u otra forma la economía del hogar”, afirma.
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