“Hasta ahora, teníamos prevista una inversión de US$8.200 millones en el Perú, pero la nueva fundición-refinería en Ilo eleva ese monto a US$9.550 millones”, apunta Óscar González Rocha, CEO de Southern
“Hasta ahora, teníamos prevista una inversión de US$8.200 millones en el Perú, pero la nueva fundición-refinería en Ilo eleva ese monto a US$9.550 millones”, apunta Óscar González Rocha, CEO de Southern
Juan  Saldarriaga

Hace dos semanas se realizó en Toronto (Canadá) el congreso de minería más grande del mundo, el PDAC. Como es tradición, los productores locales aprovecharon esta vitrina para presentar sus nuevas inversiones, pero ninguno suscitó más comentarios que con su proyecto de construir una nueva fundición en Ilo. La sorpresiva propuesta desató muchas conjeturas como: ¿se trata de una inversión condicionada al desarrollo de ? ¿Para qué, si no, una nueva fundición? Óscar González Rocha, CEO del productor cuprífero, aclara estas dudas.

Empecemos con Tía María. ¿Es cierto que el estudio de impacto ambiental (EIA) del proyecto expira en agosto próximo?
Sí. El EIA tiene una vigencia de cinco años y su vencimiento sería en agosto.

¿Que sucederá si el Gobierno no da luz verde al proyecto hasta esa fecha?
Si no lo hace, tendríamos que rehacer el EIA. Pero entendemos que el Gobierno tiene pensado otorgar la licencia de construcción antes de la mitad de agosto.



Suponiendo que eso no suceda, ¿el proyecto volvería a fojas cero?
Definitivamente, porque habría que volver a realizar talleres y absolver las dudas de la población para lograr nuevamente la aprobación del EIA. Y esperar que el Gobierno nos conceda la licencia de construcción. Y, pues, si no lo hace ahora, no creemos que lo vaya a hacer después.

¿Qué falta para que el Gobierno expida la licencia?
Falta decisión.

¿Cuál es el clima social en el proyecto hoy?
Mucho mejor. Estamos brindando información de primera mano a los agricultores, a través de una subsidiaria nuestra, Valle Unido. Y también nos hemos aliado con la Universidad San Ignacio de Loyola y el Instituto Apoyo para realizar capacitaciones en los colegios de la zona. Eso ha ayudado a que los padres de familia vean el beneficio que obtienen los estudiantes, como ocurre en Ilo.

Si las cosas van bien para ustedes y el Gobierno da luz verde a Tía María, ¿cuándo empezarían la construcción?
Podríamos iniciar la construcción al día siguiente de recibir el permiso, pero coordinando con las autoridades.

Hace cinco años, Southern había adquirido la planta y los equipos para Tía María, pero tuvo que reasignarlos a otros proyectos. ¿Cuál es la situación ahora?
Es verdad. La concentradora la llevamos a México y los equipos los enviamos a Toquepala y Cuajone. Pero parte de las fajas y quebradoras se encuentran almacenadas en La Joya, esperando que nos den la aprobación.

También necesitarán una nueva fundición para procesar el concentrado del proyecto.
No necesariamente.

¿No van a construir una nueva fundición para Tía María?
No. No estamos condicionando la construcción de la nueva fundición a la salida de Tía María. Ya tenemos el estudio para una nueva planta en Ilo, pero el fundamento es el cobre que produciremos en nuestros nuevos proyectos.

¿Qué proyectos?
Una parte vendrá de la ampliación de Toquepala, que acabamos de concluir en noviembre [del 2018]. Otra provendrá de una ampliación menor, que planeamos para Cuajone. Y el resto vendrá de Los Chancas, Michiquillay y Tía María. Mientras estos proyectos se concluyen, podríamos fundir los concentrados de otros productores de cobre.

¿Cómo cuáles?
Pensamos en Cerro Verde, Las Bambas o Toromocho, que exportan sus concentrados a Asia. Podrían hacerlo hacia Ilo y evitarían pagar el flete a China o Japón.

¿No es poco rentable construir una fundición, habiendo tantas y tan baratas en China?
Hay casos especiales, como el nuestro. La fundición-refinería de Ilo produce 1,2 millones de toneladas (Mt.) de cátodos. La nueva fundición-refinería añadirá 1 Mt. Hemos calculado que el costo de operación de ambas plantas será menor que el flete que pagaríamos por llevar los concentrados sin fundir a China. Además, produciríamos cátodos, que se pagan 5%-8% más alto en el mercado.

¿No sería mejor ampliar la fundición de Ilo que construir otra?
No. Resulta más económico construir una nueva planta que desarrollar una ampliación. Hicimos el estudio de ambas alternativas y concluimos que la ampliación nos permitiría producir 1,75 Mt. de cátodos, mientras que la nueva planta permitirá 2,2 Mt.

¿Cuándo empezarán a construir la nueva fundición?
Estamos casi terminando la ingeniería. Solo falta la aprobación del directorio de Southern. Por eso, yo mencioné hace dos semanas [en Toronto] que el proyecto podría iniciarse cuando Tía María esté encaminada, no que dependa de ella. Inclusive, lo hemos platicado con el presidente Martín Vizcarra, y él está muy interesado.

¿Cuánto costará la nueva fundición?
La fundición costaría US$1.100 millones. Pero sólo obtendríamos ánodos. Para producir cátodos necesitamos una refinería, que costaría US$250 millones. En total serían US$1.350 millones.

¿La fundición es independiente de Tía María?
La fundición es más rentable con Tía María, porque producirá el ácido sulfúrico que el proyecto necesita para lixiviar cobre. Eso significa que dejaremos de vender este producto, como ahora hacemos, para emplearlo en nuestras propias operaciones.

¿Dónde están procesando el mineral de la ampliación de Toquepala?
Lo poco que estamos produciendo [el ramp-up termina este mes] lo estamos vendiendo a China. Pero dentro de dos años, cuando la nueva planta de Ilo esté lista, lo procesaremos allí.

¿También procesarán el excedente de Cuajone? O sea, que preparan una ampliación.
Tenemos en mente una pequeña ampliación para llevar la molienda de 85 mil a 120 mil toneladas diarias. Eso irá a la nueva fundición, lo mismo que el mineral de nuestros nuevos proyectos.

Hablando de nuevos proyectos, ¿cuál es el avance en Los Chancas (Apurímac)?
Ahora estamos desarrollando el EIA para obtener la aprobación del Gobierno y empezar a producir concentrados.

Y en Michiquillay, ¿qué han avanzado desde que obtuvieron la concesión?
Hemos empezado a explorar y estamos platicando con las comunidades de Michiquillay y La Encañada. También vamos a conversar con las autoridades regionales para convencerlas de la idoneidad del proyecto y de las inversiones que hacen falta en Cajamarca, desde que se suspendió Conga.

¿Michiquillay saldría más rápido si comparte infraestructura y riesgos con Conga y Galeno?
Ya me preguntaron eso en Toronto y contesté que estamos bastante saturados con lo que tenemos como para meternos con más.

Es decir, no están interesados por el momento.
Solo hay que ver que otras empresas se interesen en esos proyectos.

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