Con los estragos del coronavirus todavía visibles a lo largo de todo el Perú, las estimaciones sobre los viajes que se hagan por turismo en Fiestas Patrias tienen más de fantasía que de prospectiva estadística: sólo un milagro despertaría un masivo movimiento de personas en esta emblemática celebración de nuestro calendario turístico, dentro de dos semanas. Lo real, más bien, lo sensato, es esperar poco o nada. “Con suerte, lograremos un 10% de lo que generan estas fechas en un año normal, como el 2019”, explica a Día1 el presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Carlos Canales.
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Eso significa, en buena cuenta, que durante la última semana de este mes se movilizarán —a lo mucho— 140 mil viajeros dentro de nuestras fronteras, provocando transacciones por alrededor de US$20 millones con su consumo, tomando como —inalcanzable— referencia lo que se reportó en el aniversario patrio del año pasado. “Peor es nada”, diría más de uno frente a la catástrofe que está dejando la pandemia en nuestro país y en el resto del mundo. Y sí, es verdad si uno mira la crisis sanitaria alrededor, pero también es cierto que hay factores que empeoraron —y continúan empeorando— las cosas.
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Uno de esos factores ha sido la incertidumbre sobre la fecha exacta para la reactivación de la industria, comenzando por la falta de claridad sobre cuándo será —por fin— el reinicio de los vuelos locales y el transporte interprovincial de pasajeros, como ha señalado a El Comercio Adela Cambana, gerenta general de la agencia de viajes AC Tours, una de las empresas decanas de este rubro en el Perú.
En esa línea, Canales apunta que con cada postergación de la fecha para el despegue se recorta las posibilidad para vender más boletos y paquetes turísticos. “No es sencillo hacerlo con tan poco tiempo para las Fiestas Patrias”, refiere. “Primero nos dijeron el 10 de julio, ahora lo postergaron para el 15”, comenta. Puede ser que el viajero peruano no planifique con anterioridad sus salidas por turismo —de acuerdo a Promperú— pero esperar que se convenza en una o dos semanas, para hacerlo a fin de mes, ya resulta demasiado optimista.
Finalmente, ayer el MTC confirmó que el reinicio de los vuelos domésticos será el 15 de julio y publicó los lineamientos sectoriales para la prevención del COVID-19. El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez anunció también que desde ese día reabrirá sus puertas para la atención de viajes nacionales con los protocolos establecidos.
VIAJES DE CORTO ALCANCE
Otro problema no menor será la restricción de destinos debido a la cuarentena focalizada a nivel nacional. En estas celebraciones todavía no estarán disponibles, en el sur, ciudades como Ica y Arequipa, y en el norte, otras como Chimbote, mientras que en el caso de Piura todavía hay posiciones encontradas sobre si abrirse o no a los visitantes, pues si bien se están comercializando boletos para este destino, Canatur precisa que un grupo representativo de empresarios turísticos de Máncora y Punta Sal les han comunicado que “prefieren esperar” y que proponen aún no abrir estos destinos norteños, “para ir mejor con cautela”.
El escenario no es muy distinto en el caso de la región Junín, un punto neurálgico del centro del país que aún no será abierto a los viajes, como tampoco lo será el oriente peruano. “Si uno toma como referencia a Lima, no podría irse por tierra al Cusco, pues no podría pasar por Ica ni Arequipa. Si vas para en dirección contraria, no podrías ir ni a Trujillo ni a Chiclayo, pues no pasarías de Chimbote”, grafica la situación Carlos Canales.
En ese contexto, lo que cabe esperar son salidas de corto alcance, anota el ejecutivo. En el caso de nuestra capital, viajes rumbo a ciudades como Santa Eulalia, Paracas, Huaral o Huacho, y, si llevamos la figura al interior, circuitos interregionales, siempre que los destinos involucrados estén abiertos para recibir turistas. Tal condicionamiento implica un reto comercial extra para las compañías de transporte, y por eso estamos viendo a las aerolíneas ser muy agresivas con su oferta de tickets aéreos —incluso vendiendo dos por uno, en algunos casos— pese a los conocidos problemas financieros que les ha causado el estado de emergencia.
Como cereza de este —amargo— pastel está el reciente anuncio del presidente Martín Vizcarra sobre declarar día laborable el 29 de julio, que usualmente era considerado feriado. “Nosotros más bien esperábamos que se declare no laborable el 27 de julio, para provocar la fórmula del feriado puente, que fue muy útil para incentivar el turismo interno en años anteriores, pero pasó al revés”, dan cuenta en Canatur. Incertidumbre, destinos restringidos y sólo un día (el 28 de julio) para salir de casa, un cóctel nada alentador para hacer maletas.
PROYECCIÓN PARA EL SEGUNDO SEMESTRE
El panorama no es prometedor y, así las cosas, en la cadena de hoteles Los Portales prevén una pobre recuperación de esta industria para lo que queda del año. “Creemos que el turismo puede fluctuar entre el 10% y 20% de sus ‘ventas normales’ en los próximos seis meses”, explica a Día1 la directora de la unidad de negocios del grupo, Vanessa Villagrán.
Además, la ejecutiva hace notar un cambio relevante en el perfil del turista que recorrerá el país al menos este 2020, que casi no contará con viajeros del exterior. “Tendremos menos turismo de familias, o de escolares y niños, y más de parejas, jóvenes y amigos”, precisa. Ello implica un giro en la oferta de los destinos, como ha señalado a El Comercio Rogers Valencia, ex ministro de Comercio Exterior y Turismo. En su Cusco natal, por ejemplo, las agencias están trabajando en vender paquetes más a tono con este ‘nuevo visitante’, como el andinismo o los recorridos más arriesgados, como los circuitos a la Montaña de Siete Colores, en lugar de las antes prioritarias visitas a los museos.
¿Cuándo se obtendrán, al menos, los ingresos del 2019? Villagrán considera que eso podría ocurrir entre finales del 2022 e inicios del 2023, todavía, ya con las fronteras locales e internacionales totalmente abiertas. Como referencia, sirve saber que, el año pasado, el turismo interno generó 45,5 millones de viajes y US$6.500 millones en ingresos, mientras que, el receptivo (o internacional), unos 4,4 millones de visitantes y US$4.784 millones, según data del Mincetur.
TURISMO PARA TODOS
El camino no será fácil y una fórmula para apuntalar las cosas será la campaña ‘Turismo para todos’, destaca Carlos Canales. Este es un programa de viajes con descuentos que, siguiendo la líneas de la exitosa ‘¿Y tú qué planes?’, buscará promover los viajes entre los peruanos durante el segundo semestre. Esta estrategia estaba inicialmente prevista para junio, pero se ha ido postergando debido a la extensión de la cuarentena, y la nueva fecha para su lanzamiento está programada para octubre próximo, según el ejecutivo.
Pero, claro, y a riesgo de ser reiterativo —dice el titular de Canatur— si no se aceleran los protocolos, una nueva (y costosa) postergación podría concretarse. “Si se han habilitado ya los permisos para que operen los ‘malls’ y los conglomerados comerciales, que concentran a gran cantidad de personas, ¿por qué no hacerlo en el caso del turismo y los restaurantes?”, añade. Y es que, con más de US$2.000 millones de pérdidas desde la quincena de marzo, la paciencia en el empresariado del sector se agota.
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